Revendedores acaparan boletos con bots y los encarecen 1000%

A través de herramientas digitales, los “coyotes” abarrotan filas virtuales para propiciar escasez de tickets; los precios para Dua Lipa saltaron de 500 a más de 5 mil pesos.

La reventa no es el único obstáculo que los fanáticos deben sortear. (Foto: Especial)
Abigail Mancilla Gómez
Ciudad de México /

Fernanda decidió ir a formarse de manera presencial a las taquillas del Foro Sol después de varios intentos fallidos de conseguir boletos por internet. “La primera vez que me formé en la fila virtual era el lugar 80 mil y los boletos se agotaron literalmente en menos de 10 minutos, la segunda vez fue similar”.

La historia de Fernanda se repite una y otra vez en muchos de los conciertos más demandados: Dua Lipa, Harry Styles, Daddy Yankee e incluso en eventos deportivos como el partido entre San Francisco y Arizona, organizado por la NFL, o el encuentro de futbol que disputaron Toluca y América el fin de semana pasado.

¿Cómo pueden agotarse miles de boletos en minutos?”, es la pregunta que se hace Fernanda y miles de fanáticos más. “Lo más extraño es que minutos después de que se anuncian como agotados comienzan a salir a la venta en redes sociales”, señala esta consumidora asidua de conciertos.
El aumento desmedido de los precios puede verse en redes sociales. (Ilustración: Luis Morales)

Una investigación de MILENIO muestra que además de las formas tradicionales de comerciar ilegalmente con entradas de conciertos y eventos deportivos, “los nuevos revendedores” recurren a la compra masiva de boletos a agencias de viajes, la adquisición de tickets de cortesía y hasta el uso de bots para formarse en las filas virtuales y tener ventajas sobre los consumidores habituales.

Quienes se dedican a este jugoso negocio aumentan los precios entre un 200 y hasta un 1000 por ciento de su precio original.

Ante este escenario, la venta de un sólo boleto puede suponer la recuperación de la inversión, sin importar si se venden todos; sin embargo, al mismo tiempo supone una drástica reducción de las posibilidades de los verdaderos fanáticos de conseguir un boleto a su precio original.

El aumento desmedido de los precios puede verse en redes sociales, principalmente en Facebook, donde existen decenas de páginas y grupos dedicados a la oferta de boletos de todo tipo de eventos. En estas páginas, decenas de usuarios ofertan boletos con fotos de los eventos y llamativos mensajes como “Boletos disponibles todas las secciones”, cuyos precios pueden ir desde los mil 200 hasta los 6 mil pesos por boleto.

Además de dichas páginas, uno de los espacios de reventa legal es Stubhub, donde los precios de los boletos pueden superar los 25 mil pesos. Un ejemplo emblemático fue el precio que alcanzaron los tickets para ver a Dua Lipa: el más económico fue de 5 mil 219 pesos para un boleto cuyo costo original era de 576 pesos en la sección naranja, mientras que los más caros rondaron entre los 19 y 24 mil pesos en la zona General B, cuyo precio original era de 2 mil 616 pesos.

Infiltrados agresivos

La venta de un sólo boleto puede suponer la recuperación de la inversión. (Cortesía)

Tan sólo media hora antes de que abrieran la taquilla para la venta de boletos de Coldplay, varios carros se estacionaron justo enfrente y de ellos bajaron aproximadamente 30 sujetos que comenzaron a meterse en la fila. El rumor llegó hasta donde estaba Fernanda, por lo que decidió acercarse para ver qué estaba pasando. “Ya se metieron”, le dijo uno de los chicos formados. “El chavo de ahí no los quería dejar y ya le iban a pegar. Le tiraron sus lentes”, agregó el testigo. Fernanda los miró. “Tenía pinta de malandros, todos estábamos asustados, sobre todo cuando empezaron a fumar mariguana enfrente de todos”.

MILENIO encontró que existen varias vías a través de las cuales los revendedores acceden a los boletos. Una ruta es la infiltración de personas en las taquillas, la cual realizan por medio del uso de intimidación, confía el empleado de una empresa dedicada a la venta de tickets.

“En los eventos más demandados siempre pasa lo mismo. Llegan grupos de personas y se meten intimidando. La compañía nos envía a nosotros como seguridad pero nosotros no somos ni policías ni nada, sólo empleados. Yo ya no les digo nada porque una vez casi me golpean y no voy a ponerme en riesgo por algo que la compañía sabe y no le importa porque ni siquiera mandan patrullas”.

Por otro lado, de acuerdo con las medidas implementadas por Ticketmaster para disminuir el riesgo de reventa, sólo se permite asignar de 6 a 8 boletos máximo por persona (dependiendo el evento). Pero diversos comerciantes furtivos acuden a una opción que aparece en su página oficial, la llamada “Venta a grupos”, donde la empresa señala que si deseas más de 8 boletos puedes ponerte en contacto con ellos para una adquisición en volumen.

Tras el escándalo que se desató después de que la influencer Miroslava Valdovinos presumiera contar con 108 boletos del Festival Corona Capital para venta, múltiples usuarios en redes sociales cuestionaron cómo era posible que una sola persona tuviera más de 100 boletos.

La influencer señaló que el festival mismo era quien se los había facilitado; sin embargo, los organizadores se deslindaron del problema asegurando que no tenían conocimiento de cómo había adquirido los boletos.

El precio más elevado por día al que la influencer vendía los boletos era de 4 mil 500. De haber vendido todos los boletos a ese costo, Miroslava habría ganado 486 mil pesos, casi medio millón de pesos libres de impuestos.

Por último, otra de las prácticas más comunes es el uso de los llamados bots o computadoras virtuales. De acuerdo con Daniel Silva, oficial de la Policía Cibernética de la CDMX, los bots se usan para crear computadoras virtuales con las que pueden formarse en las filas virtuales y comprar más boletos de los que puede comprar una persona normal”.

Otra manera a través de la cual los revendedores acceden a boletos es por medio de un contacto directo con la empresa o de tener acceso a los boletos de cortesía que se apartan para prensa o invitados especiales.

Aunque se sabe que los boletos de cortesía siempre han existido para prensa e invitados especiales el número de boletos en reventa que parecen ser obtenidos de esta manera ha mostrado ser excesivo ya que muchos revendedores señalan que es así como obtienen sus boletos.

La furia de los conciertos

la reventa también se potencializó ante la apertura de su mercado digital. (Foto: Shuttertock)

Si bien los conciertos siempre han sido eventos de alta demanda y la reventa es una práctica común después de la pandemia (donde todos los eventos masivos fueron cancelados) explotó un boom por los conciertos. No sólo la gente buscó volver a estos eventos, la oferta aumentó debido a que todos los artistas están agendando conciertos para tratar de reponerse del duro golpe de la pandemia.

Pero no sólo la demanda ha aumentado, también lo ha hecho el precio de los boletos. De acuerdo con información del Inegi, la inflación de servicios culturales como conciertos, diversiones y espectáculos deportivos ha sido de 7.26 por ciento anual hasta el mes de junio y alcanzó un aumento de 9.11 por ciento en marzo de este año.

Además de esto, la reventa también se potencializó ante la apertura de su mercado digital. Vender un boleto en redes sociales sin riesgo es mucho más sencillo que la manera tradicional de la reventa que se realiza a las afueras de los eventos. Ante este panorama adquirir un boleto a su precio normal es difícil para las personas y hacerlo en reventa lo complica aún más por los elevados costos.

Pero la reventa no es el único obstáculo que los fanáticos deben sortear para llegar a tener su preciado boleto en sus manos, las estafas también están a la orden del día.

Boletos apócrifos que se descargan una y otra vez y se venden innumerables veces aunque sólo sirva una vez, pagos por adelantado para apartar boletos que nunca obtienen y cuyos vendedores se esfuman en internet cerrando sus perfiles.

Si bien los consumidores parecen estar a la deriva desprotegidos por vacíos legales en el tema de la reventa, Daniel Silva señala que sí es posible realizar una denuncia ante la Fiscalía General de la Ciudad de México si somos víctimas de alguna estafa y que de ahí pueden hacer que la policía cibernética rastree a los vendedores en algunos casos. “En caso de no contar con una orden directa de un ministerio no tenemos la facultad de rastrear las páginas pero siempre es importante que hagan una denuncia también a la policía cibernética en caso de una estafa en línea debido a que esto nos sirve para emitir alertas y prevenir a la población”, señala.

Fernanda asiste a conciertos desde que el Corona Capital se llamaba Motorokr y desde que el abono del Vive Latino costaba 500 pesos y lamenta ver lo que está pasando ahora pero una cosa tiene clara: jamás compraría un boleto en la reventa. “”Hay conciertos para los que no alcance boleto pero prefiero perderme el evento aunque me duela en el alma antes que comprarle a esas personas. Debe haber un círculo en el infierno de Dante para los revendedores”, afirma con pesar.

AMP

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