Las dificultades que enfrentan las personas con alguna discapacidad para acceder al mercado laboral empiezan años antes de tener una entrevista de trabajo.
Deficiencias en planteles educativos, instalaciones no aptas y poco personal capacitado son factores que siguen contribuyendo a que el acceso a la educación de estas personas sea limitado, contando con tres años menos de escolaridad que el alumnado promedio.
De acuerdo con el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación 2018 realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de las 80 mil 628 personas con discapacidad que se encuentran en edad escolar, es decir, de tres a 17 años, 31.7 por ciento es analfabeta.
En México, el rezago educativo es tres veces mayor para una persona con discapacidad, como limitaciones mentales, para hablar o comunicarse, discapacidad motriz, auditiva, visual o para aprender.
Del total de esta población que se encuentra entre los 18 y 29 años de edad, 26.7 por ciento es analfabeto, y el rezago educativo en este segmento es de 42.7, mientras que de aquellos que no tienen ninguna limitación, solo 14.1 por ciento se encuentra en esa condición.
El panorama no es muy distinto para los adultos mayores, pues aquellos que tienen 65 años o más sufren un atraso de 68.4 por ciento, a diferencia del 49.8 presente en aquellos que no tienen ninguna discapacidad.
En total, durante el 2016 fueron 4.3 millones de personas con discapacidad, es decir, 47.8 por ciento las que presentaron rezago educativo.
Otro obstáculo para este segmento de la población es la baja accesibilidad de infraestructura con la que se cuenta en planteles educativos; hasta 2016, de las escuelas primarias a nivel nacional, únicamente 24.8 por ciento contaba con rampas para la circulación y el acceso de personas en silla de ruedas; en educación media superior solo 45 por ciento de los planteles cuenta con dicha infraestructura.
Aunado a eso, las limitaciones económicas también representan un factor importante que frena la oportunidad de acceder a la educación para esta población, ya que, según el Coneval, el porcentaje de niños en esta condición a nivel primaria que cuentan con una beca es de 15.5 por ciento, frente a 21.2 por ciento que no tiene discapacidad pero tienen el apoyo.
En secundaria las cosas no cambian y para nivel bachillerato el porcentaje disminuye, ya que el porcentaje de población con discapacidad que recibe becas es de apenas 11.7 por ciento.
Si bien es cierto que el campo laboral para la gente con alguna limitación es reducido, el problema inicia desde preescolar, donde la diferencia entre el promedio de asistencia escolar de una persona con y sin discapacidad es de 8.4 por ciento.
EN CIFRAS
80,628 personas con discapacidad se encuentran en edad escolar en el país.
24.8 por ciento de las escuelas primarias a nivel nacional tenían rampas para la circulación y acceso en sillas de ruedas, según cifras de 2016.
45 por ciento de las escuelas de educación media superior cuenta con infraestructura para sillas de ruedas.