A partir del primero de agosto se comenzará a colocar el nuevo holograma y engomado “sello amarillo” por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) a los comercios que usen básculas o bombas para comerciar algún producto o combustible en todo el país, y quienes no lo tengan serán acreedores a multas.
En exclusiva con MILENIO, el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, explicó que el holograma oficial va a ir acompañado de una calcomanía más grande que generará conciencia en los consumidores de que podrán ahorrar algo en el bolsillo si se fijamos que las básculas estén calibradas.
“Sabremos que están calibradas, que dan kilos de a kilo, litros de a litro, si tiene el sello amarillo y ahorita que existe una presión inflacionaria muy fuerte a nivel mundial es más tentación para alguien de repente dejar el mismo precio y quitarle una papa, chayote, muslo, entonces quieren dar menos”, aseguró.
Expuso que van a redoblar esfuerzos para constatar y verificar que todas las básculas en México, y todos los medidores de flujo, estén dando litros de a litro y kilos de a kilo, de forma tal que nos se presenten abusos, “y si una báscula no tiene el sello amarillo entonces se debe reportar a Profeco para que nadie se pase de rosca”.
Al ser cuestionado sobre si habrá sanciones a quienes no tengan el sello amarillo, el procurador dijo: “sí claro, el que no calibra se le sanciona, depende de las ventas del negocio, pero son multas en caso de negocios muy grandes puede llegar hasta un millón de pesos, si es negocio pequeño mil hasta 10 mil pesos por no tener calibradas sus básculas o bombas con las que despachan”.
IPM