Si la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no rectifica en el tema de la compra emergente de carbón, arreciará la crisis que ya afecta a 50 mil familias y que amenaza con colapsar la zona carbonífera de Coahuila, donde se mueve 80 por ciento de la actividad económica de la entidad.
En los últimos años, miles de familias en esta entidad enfrentan una de las más severas crisis económicas, ante la disminución en la venta de carbón a la comisión a lo que se suman cuatro meses de no vender nada a causa del cambio en el gobierno federal.
En este último mes, además de perder dinero y despedir empleados, los 90 pequeños productores invierten sus energías en echar abajo el resultado de una licitación que, una vez más, les arrebata la posibilidad de subsistir.
El 8 de diciembre vencieron los contratos que CFE tenía con los 90 pequeños productores de la zona; estos empresarios de la Unión Mexicana de Productores de Carbón y de la Unión Nacional de Productores de Carbón, congregados en la Promotora para el Desarrollo Minero (Prodemi), pactaron licitar juntos en una convocatoria emergente del nuevo gobierno; pero uno, el dueño de la empresa Minera y Acarreos Flores SA de CV, traicionó el acuerdo y como resultado de ello él venderá 165 mil toneladas al gobierno, la misma cantidad que los otros 89, pero juntos.
“Primero nos restringen el pedido del carbón, luego sale la convocatoria emergente y la licitación no concuerda con la realidad de los productores de la carbonífera, le dan una a Prodemi con más de 90 productores y la otra parte a un productor, que sabe Dios quién esté detrás”, afirma el gobernador de la entidad, Miguel Ángel Riquelme.
Los pequeños productores tienen hasta hoy para impugnar el resultado de la licitación, pero mientras la crisis se resuelve 10 mil empleos directos y 50 mil indirectos penden de un hilo.