Las acciones del sector aéreo de México han caído con fuerza en los últimos días y analistas creen que podrían seguir bajo presión debido a la incertidumbre sobre el impacto de un llamado a revisión de aeronaves que dejaría durante varios meses decenas de unidades en tierra.
El nerviosismo inició después de que la gigante aeroespacial RTX anunció el mes pasado que tendría que retirar entre 600 y 700 de sus motores GTF de los aviones Airbus A320neo para comprobar si presentan un defecto de fábrica, y que son clave en las flotas de dos de las principales líneas aéreas mexicanas.
La empresa había informado en julio que sólo 200 motores a nivel mundial requerirían ser inspeccionados con 60 días para su reparación. Sin embargo, en septiembre amplió el alcance de las revisiones y proyectó que los trabajos durarían hasta 300 días por motor, generando preocupaciones entre los inversionistas.
Así, las acciones de la aerolínea local Volaris, que hasta junio contaba con 51 naves A320neo, 41 por ciento de su flota total, han perdido más de la mitad de su valor desde julio y el lunes caían a 10.67 pesos, su menor nivel desde mayo de 2020, golpeadas también por los altos precios de la turbosina.
Sólo la semana pasada los papeles de OMA, que tiene su principal terminal aérea en la ciudad industrial Monterrey perdieron 8 por ciento; los de GAP, que opera el aeropuerto de Los Cabos, cedieron 6 por ciento, y los de Asur, que administra el de Cancún, restaron un 3 por ciento, uno de sus peores desempeños en meses, y el lunes continuaban cayendo.
Volaris dijo la semana pasada que 16 de sus motores GTF iban a ser sometidos a inspección en septiembre y anunció que extendería el arrendamiento de aeronaves a fin de mitigar el impacto de futuras inspecciones.
Su rival más pequeña, Viva Aerobus, de capital privado, tenía hasta junio 21 unidades A320neo en su flota total de 73 aviones, y hasta el momento no se ha pronunciado sobre el tema que también tiene bajo presión a grandes jugadores internacionales.
Entre ambas compañías movilizaron de enero a agosto a casi la mitad del total de los 80 millones de pasajeros que utilizaron los aeropuertos del país en el periodo.
"Es una situación muy incierta y la incertidumbre para el mercado es su peor enemigo", opinó Gerardo Copca, analista bursátil de la consultoría MetAnálisis.
Hasta ahora firmas como la casa de bolsa Vector no han cambiado sus perspectivas para las empresas del sector, pero algunos analistas y operadores creen que podrían seguir enfrentando presiones en el mercado en el corto plazo.
"Por el momento es difícil evaluar el impacto en la capacidad de oferta de asientos de las aerolíneas y, por lo tanto, para el tráfico aeroportuario. Estaremos pendientes de mayor información al respecto para poder incorporarla a nuestros modelos de valuación", dijo Vector en una nota de análisis.
Las preocupaciones, además, opacaban el optimismo del mercado que venía apostando a que la reciente recuperación de la categoría 1 de seguridad aérea estadunidense daría un nuevo impulso a la industria.
"Se había dicho que la recuperación de la categoría 1 iba a ser detonante para la aviación nuestro país y resulta que ahora las acciones de nuestras aerolíneas y nuestros aeropuertos están cayendo", afirmó Pablo Casas, director del Instituto Nacional de Investigaciones Jurídico Aeronáuticas (INIJA), un centro de análisis especializado en el sector.
PMA