En un contexto de dificultades para las empresas privadas que más dependen de la cadena de suministros, afectada de gravedad por los ecos de la pandemia de covid-19, el sector del arrendamiento vehicular logró crecer en 2022 pese a las malas perspectivas.
Según reportó la Asociación Mexicana de Arrendadoras de Vehículos (AMAVe) en un reciente informe, las empresas que la componen, concluyeron el año con un crecimiento del 15.32 por ciento, tomando datos del cuarto trimestre del 2022 respecto al mismo período del año anterior.
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La AMAVE destaca que este avance se logró, en parte, por la integración de nuevas empresas a su asociación, pero puntualizó que, incluso descontando de la estadística a los nuevos socios, el crecimiento sería del 9.86 por ciento de año a año.
Víctor Campuzano, líder del comite de investigación de análisis y tendencia de la AMAVe, destacó que, pese a las dificultades, han visto señales positivas en los datos de 2022 porque, “más empresa y gobiernos se unen a este esquema vehicular”.
El arrendamiento de vehículos ha ido ganando popularidad en los últimos años, especialmente entre sectores de gobierno, desde esferas municipales a estamentos más elevados, puesto que ahorra a las finanzas públicas la carga que supone comprar pasivos que, de forma casi inmediata, pierden valor, y permite estabilizar el gasto en las cuentas públicas.
Sumado a esto, “los cambios geopolíticos pueden traer cierta incertidumbre y el arrendamiento vehicular es la herramienta ideal para estos tiempos debido a sus bondades”, advierte Campuzano.
Daniel Sandler, director de Oficina de Grupo Turbofin, una de las empresas más destacadas de la AMAVe, se suma a este punto y advierte que no solo los efectos de la pandemia a medio plazo han provocado las dificultades que enfrentó el sector en 2022, sino que “la guerra entre Rusia y Ucrania también ha tenido un impacto”.
Sandler explica que también se debe considerar que también ha impactado en la AMAVe y en Turbofin “el cambio de estrategia de negocios con sus plantas fabricantes de coches y las agencias”, así como “la quiebra de empresas como unifin o alpha credit, entre otras”.
Esto, porque, explica, la bancarrota de empresas especializadas en el financiamiento de deuda ha genreado desconfianza en el sector bancario y, a su vez, esto ha sumado dificultades para las empresas de AMAVe a la hora de acceder a créditos que les permitieran ampliar su parque vehicular.
Renta de vehículos pesados se dispara
A pesar de estas dificultades, algunos segmentos en particular de AMAVe y de Turbofin lograron un crecimiento importante: los vehículos pesados, como camiones, autobuses o tractocamiones, sumaron en 2022 un total de 29 mil 380 unidades, un crecimiento del 40.88 por ciento respecto al cierre del 2021.
Sube también el parque de vehículos híbridos y eléctricos, con un incremento del 18 por ciento.
En el conjunto del mercado de venta de vehículos en México, AMAVe destaca que el sector logra avanzar, aunque tímidamente, pues las compras de las empresas que integran la asociación pasaron de representar en el cierre de 2021 un 4.2 por ciento del total del mercado mexicano, a representar 4.8 por ciento al término de 2022.
AMP