Desde artefactos rudimentarios hasta innovaciones como el IQOS, el consumo del tabaco se ha modificado a través de los siglos y hoy la industria busca detener el uso de cigarros y generar alternativas a los fumadores que causen menos efectos dañinos que el cigarro tradicional.
En 2010, un grupo de investigadores hallaron los primeros vestigios de esta planta en la amazonia peruana y concluyeron que los restos fosilizados datan de hace 2.5 millones de años, por ello se ubica en esa región el origen del tabaco. Diversos escritos del siglo XVI confirman que cuando los españoles llegaron a América, el consumo del tabaco era generalizado en casi todo el continente.
Los indígenas americanos usaban la planta de diferentes formas: se fumaba en hojas secas, se aspiraba el humo por medio de tubos o cañas, se consumía en polvo, se masticaba, incluso se bebía o se untaba en el cuerpo. Los antiguos pobladores le atribuían propiedades curativas o la utilizaban en ceremonias religiosas!
Las primeras semillas de la planta llegaron a España en 1518 y al continente asiático en 1573. Artículos científicos atribuyen su popularización al envío de este producto a la reina de Francia, Catalina de Médici, porque consideraban que tenía propiedades curativas. Quien llevó el tabaco a manos de la monarca en 1560 fue el embajador Jean Nicot, cuyo apellido se inmortalizó en el nombre botánico del vegetal.
En el siglo XIX surge la primera industria tabaquera y, a la par que se masificaba su uso, también comenzaron a documentar sus efectos positivos y negativos. Estos estudios proliferaron en la segunda mitad del siglo XX.
Desde su globalización hace 500 años, no hubo una noticia más relevante en cuanto al consumo de tabaco que el anuncio de la mayor tabacalera del mundo, Philip Morris Internacional, de dejar de producir y comercializar cigarros. De acuerdo con la compañía, están “comprometidos con disminuir el daño causado por fumar”, indicó Andrzej Dabrowski, director general de Philip Morris México.
Esta empresa dio el siguiente paso en la evolución del consumo de tabaco a través del dispositivo IQOS, una nueva tecnología que calienta tabaco en lugar de quemarlo y con ello reduce drásticamente los niveles de sustancias tóxicas del humo de los cigarros convencionales.
De acuerdo con Philip Morris Internacional, IQOS ha permitido que, de más de 16 millones de personas que usaron el dispositivo en todo el mundo, 12 millones dejaron completamente el cigarro. En México, en menos de un año de comercialización ya casi 30 mil personas sustituyeron el cigarro por IQOS.
A diferencia del consumo milenario del tabaco que se realizaba a través de la quema de las hojas, el desarrollo tecnológico generó un electrónico que solo calienta el producto manteniendo el sabor real pero dejando de producir humo, cenizas y mal olor.
La FDA revisó toda la evidencia científica que presentó la empresa, así como por terceros independientes, condujo sus propias investigaciones y concluyó que un fumador, al cambiar completamente de cigarros a IQOS, reduce significativamente la exposición a los químicos tóxicos del humo del cigarro. Catalogando a IQOS como un “producto de tabaco de riesgo modificado”.
RRR