Las acciones de Boeing caían 4.1 por ciento, ampliando las pérdidas de la semana pasada, ya que la inmovilización de algunos aviones 737 MAX 9 en Estados Unidos entró en su onceavo día, mientras que la promesa de la compañía de realizar más controles hizo surgir el espectro de los costos adicionales.
Boeing está inmerso en una crisis desde que un MAX 9 de Alaska Airlines realizó un aterrizaje de emergencia este mes tras reventar un panel de la cabina, tras lo cual la Administración Federal de Aviación (FAA) inmovilizó de forma temporal 171 aparatos para realizar comprobaciones de seguridad.
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Las acciones del asediado proveedor Spirit AeroSystems, que fabricó el fuselaje del avión afectado, también restaban 5.1 por ciento, tras perder 14.1 por ciento la semana pasada. Los mercados estadounidenses permanecieron cerrados el lunes por la festividad de Martin Luther King Jr.
La FAA informó recientemente que auditará la línea de producción del MAX 9 y a los proveedores, y que considerará la posibilidad de que una entidad independiente se haga cargo de Boeing en ciertos aspectos de la certificación de seguridad de los nuevos aviones que el regulador asignaba previamente a la compañía.
"Con la FAA examinando más de cerca la producción de Boeing, creemos que el riesgo de impacto en la producción/entrega aumenta significativamente", dijo Matthew Akers, analista de Wells Fargo, al recortar su calificación sobre las acciones de la firma a "igual ponderación" desde "sobreponderar".
"Dado el historial reciente de Boeing y el mayor incentivo de la FAA para encontrar problemas, creemos que las probabilidades de una auditoría limpia son bajas", agregó.
Antes de la rebaja de Akers, 25 analistas tenían una calificación de "comprar" o superior, mientras que seis tenían una calificación de "mantener", según datos de LSEG. Ningún analista ha recomendado a los inversores que vendan acciones de Boeing.
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Ante la creciente presión de las aerolíneas y la FAA tras una serie de problemas de calidad relacionados con el MAX, Boeing afirmó que añadirá más inspecciones de calidad para su serie de aviones más vendidos y desplegará un equipo en Spirit AeroSystems para comprobar el trabajo del proveedor en el tapón de la puerta implicado en el accidente.
"Es probable que todo esto genere mayores costos con el tiempo. Y aunque no está claro cuánto en este momento, no parece descabellado pensar que mil inspectores más podrían añadir 250 millones de dólares en costos anuales", destacó Jason Gursky, analista de Citi.
GSMM