Las startups tecnológicas de América Latina luchan por encontrar alternativas bancarias tras la repentina quiebra de Silicon Valley Bank (SVB), uno de los pocos bancos que ofrecía las muy apreciadas cuentas en dólares y atendía a las necesidades específicas del sector.
"Esto afectó a (casi todas) las empresas respaldadas por capital riesgo de América Latina", afirma Brian Requarth, cofundador en Ciudad de México de la plataforma para startups Latitud.
- Te recomendamos 'Nearshoring', segunda oportunidad para México: Daniel Becker, presidente de la ABM Negocios
Las startups de la región tienen ahora pocas alternativas para encontrar un socio bancario tras la quiebra de SVB, dijo Requarth.
El dato¿Qué son los 'unicornios' financieros?
Se les llama 'unicornios' a las empresas que alcanzan una valoración de mil millones de dólares sin cotizar en bolsa.
Durante el fin de semana, los reguladores estadunidenses anunciaron un plan de emergencia que permite a los depositantes de SVB, con sede en Santa Clara, California, acceder a sus fondos.
En 2022, más de mil 300 startups de América Latina obtuvieron una financiación estimada en 28 mil 170 millones de dólares, según datos de la Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo y Capital Privado.
Vicente Garrido, cofundador de la startup mexicana de alquiler de propiedades Roddo, dijo a Reuters que aún no estaba seguro de si la compañía podría hacer frente a las nóminas esta semana.
"Teníamos todo nuestro capital allá en Estados Unidos", dijo Garrido. "En México teníamos una quinta parte de lo que nos cuesta al mes la operación".
Las empresas startup de la región solían recurrir al SVB por ser uno de los pocos bancos que les ofrecían cuentas en dólares estadunidenses, una exigencia por parte de las empresas de capital riesgo que aportan capital en billetes verdes.
Un proceso común para las compañías emergentes de América Latina era abrir cuentas en el SVB utilizando lo que Requarth denomina un "sándwich de las Caimán", es decir, sociedades holding en las Islas Caimán y sociedades de responsabilidad limitada (SRL) en el estado estadunidense de Delaware, evitando así una doble imposición fiscal en caso de venta de la empresa.
Aunque las empresas han podido en gran medida sacar su dinero de SVB, ahora se quedan sin un plan a largo plazo, añadió.
El lunes, Roddo pudo trasladar su dinero del SVB a una serie de cuentas de efectivo que la startup había abierto en empresas estadunidenses de tecnología financiera, dijo Garrido. Sin embargo, es posible las nóminas de los empleados a mediados de mes no sean pagadas a tiempo, añadió.
Las cuentas en efectivo son una medida provisional, reconoció Garrido, ya que la startup aún está intentando abrir una cuenta a través de su sociedad de cartera en las Islas Caimán.
Aunque señaló que no está seguro de cuánto tardarán en abrirle una cuenta debido a la demanda y a la burocracia reguladora, y añade que también había estado en contacto con otras entidades como Santander, Bank of America Corp y Citigroup Inc.
En China, otro centro neurálgico de las startups, los emprendedores dijeron a Reuters que estaban recurriendo a bancos estadunidenses más grandes o a bancos chinos.
Sin embargo, las startups latinoamericanas se quejan de que los bancos de la región carecen del apoyo que ellas necesitan.
Sobre México, Garrido señaló que los bancos apenas estaban comenzando a lanzar productos para las startups, y aún tenían que demostrar que tenían el conocimiento, el capital y la fortaleza institucional para apoyarlas; además que el cambio a estas entidades podría causar incomodidad en algunos inversionistas extranjeros.
AMP