Sundar Pichai, el nuevo CEO de Alphabet y Google

FT Mercados

El nuevo jefe estará a cargo de los proyectos Moonshot. Su gran reto será enfrentar el ambiente de malestar en los empleados.

“Pichai se destacó en las cosas que se encontraban fuera de la zona de confort de la compañía y tenía una capacidad poco habitual de ver más allá que
Richard Waters
Ciudad de México /

Es fácil subestimar a Sundar Pichai. Sin pretensiones, el ejecutivo de tecnología nacido en India es una notable excepción a las personalidades alfa que pueblan las salas ejecutivas de Silicon Valley. Una persona que ha trabajado con él en Google, lo califica como “muy cauteloso”, casi lo opuesto al “espíritu intrépido” sobre el que se fundó la compañía.

Sin embargo, Sundar Pichai, quien dirigió el negocio principal de internet de Google durante cuatro años, tomó el control total de la gestión de su matriz, uno de los imperios de tecnología más poderosos del mundo.

Como director ejecutivo de Alphabet, toma el control de los proyectos Moonshot para desarrollar coches sin conductor, drones para entregas y medicamentos para detener los efectos del envejecimiento. Su ascenso se produce cuando los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, se retiran de las actividades después de 21 años al frente.

Con Tim Cook en Apple y Satya Nadella en Microsoft, Pichai ahora lidera una generación sucesora de directores ejecutivos del sector de tecnología, encargados de dirigir compañías que definieron la era digital en un futuro incierto. Porque Google está bajo un intenso escrutinio por parte de los reguladores, además se ha visto afectado por la agitación interna que provocó un escándalo de acoso sexual y un activismo laboral.

Su capacidad para seguir innovando está en duda, ya que alcanzó un gran tamaño que obstaculizó a las generaciones anteriores de las grandes empresas. Para colmo, los fundadores de Google continuarán manteniendo una posición de voto mayoritario y ocupan un lugar en el Consejo de Administración.

El ejecutivo de 47 años no proviene del típico molde de Google. Después de crecer en Chennai y conocer a su esposa, Pichai ganó una beca para la Universidad de Stanford en 1993, pero estudió Ciencias de los Materiales, en lugar de Ciencias de la Computación. Tiene un MBA de la escuela de negocios de Wharton y su experiencia en la consultora McKinsey, lo distinguen de los especialistas en informática que dominan a los líderes de la compañía de busqueda.


Pero una vez que se unió a la compañía en 2004, encontró un rápido éxito como gerente de producto. La barra de herramientas líder, que le dio al motor de búsquedas de Google un punto de apoyo en los navegadores web, luego el navegador Chrome de Google, le siguió Chromebooks —la primera incursión de la compañía en el hardware— lo marcó como una estrella en ascenso.

Sundar Pichai se destacó en las cosas que se encontraban fuera de la zona de confort de la compañía y tenía una capacidad poco habitual de ver más allá que la mayoría de las personas, dice Bret Taylor, cocreador de Google Maps. “Google aún conserva una cultura académica, de ciencias de la computación. Pudo combinar eso con una visión a largo plazo”, dice.

En 2011, Twitter intentó atraerlo para que se convirtiera en el jefe de producto. Pero se necesitó de la intervención personal de Brin, quien visitó la casa de Pichai un fin de semana, para convencerlo de que se quedara. Su visión de la tecnología de Google se alineó estrechamente con la de Page, convirtiéndolo en la opción natural para asumir las riendas del negocio de internet en 2015, cuando se formó el holding.

En una atmósfera altamente competitiva, Pichai se destacó porque no sentía que tuviera que demostrar que era “la persona más inteligente en la sala”, dice Bret Taylor. En su lugar, pudo generar apoyo para sus ideas a través de un estilo más colaborativo, lo que lo convirtió en una opción ideal para dirigir Google.

Otra cuestión es si va a poder tratar con los empleados rebeldes de la compañía. La empresa ha visto que su plantilla aumentó casi al doble, en cuatro años llegó a 114,000 empleados. También se ha visto afectada por una reacción negativa de los trabajadores por proyectos controvertidos que incluyen la inteligencia artificial para uso militar y si debe regresar al mercado de China con un buscador censurado.

El nuevo jefe de Alphabet no está exento de una vena idealista. Como globalista comprometido está muy interesado en el potencial de la tecnología para transformar países como su natal India. Pero dominar y controlar la agitación de los trabajadores será su prioridad.

Mientras tanto, Pichai ha cometido errores con el trato a los críticos externos: se negó a comparecer ante una audiencia del Congreso de EU, lo que llevó a los senadores a centrar la atención en una silla vacía. Desde entonces, buscó reparar el daño, testificando en una audiencia y pasando más tiempo en Washington.

Las acciones de Alphabet subieron después del anuncio del cambio de liderazgo, lo que sugiere que muchos inversionistas tienen confianza en el estilo estable de Sundar Pichai. Pero aquellos que ven los proyectos moonshot como un desperdicio, están frustrados.

“Necesitan un Satya, necesitan encontrar una nueva estrella del norte”, dijo Walter Price, quien dirige el fondo de tecnología global de Allianz.

Como gerente profesional, Pichai inevitablemente adoptará una postura más cautelosa que la de los fundadores de Google. Pero es difícil ver a Larry Page y Sergey Brin conformarse con algo tan poco imaginativo.


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