Sustentabilidad de viviendas depende de sus habitantes

Impulsar con hipotecas casas verdes no basta, pues “requieren un mantenimiento que la gente no está acostumbrada a dar, lo que implica un cambio de hábitos”, afirma experto.

Gabriel Bolio
Ciudad de México /

Las viviendas verdes son parte de una estrategia que el gobierno, la academia y las empresas socialmente responsables están impulsando para que las comunidades sean más sustentables; sin embargo, ese esfuerzo debe seguir evolucionando y permear en la consciencia de quienes habitan las casas, ya que al final la verdadera sustentabilidad depende de ellos, explicó en entrevista el arquitecto Naoki Solano García, académico de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

“Como arquitectos tenemos que darle un manual a la gente para que sepa utilizar sus casas, porque una vivienda es como una máquina que necesita mantenimiento y que el usuario sepa qué hacer. Hay gente que prende el aire acondicionado y abre la ventana, por muy burdo que eso parezca, pero sucede. Se necesita un cambio de mentalidad de los habitantes y un poco de cambio de hábitos, que sean más conscientes”, aseguró el investigador con maestría en Desarrollo de Tecnologías Sustentables por la Universidad de Dundee, en Reino Unido.

Una ventaja en México, destacó el arquitecto, es que “han estado publicando normas de construcción, por ejemplo, para el reciclamiento de agua a partir de un determinado número de niveles o de habitantes. Hay muchísimos créditos verdes, pero considero que se deben estudiar a profundidad porque esas instalaciones requieren un mantenimiento que la gente no está acostumbrada a dar, lo que implica un cambio de hábitos de las personas que habitan esa vivienda”.

HIPOTECAS

Un ejemplo del esfuerzo interdisciplinario por generar vivienda sustentable es el programa Hipoteca Verde, creado por especialistas de la UNAM y que instauró el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) en 2007, el cual apoya las iniciativas de construir o remodelar casas para que cuenten con ecotecnologías. Entre las condiciones para obtener ese apoyo destaca que esas ecotecnologías instaladas deben generar ahorros de entre 100 y 400 pesos mensuales en consumo de agua, luz y gas, además de no tener un impacto negativo considerable en el medio ambiente.

Pero, a pesar de que el programa cumplió una década, sigue evolucionando y contó con un rediseño en 2016 con el apoyo del Centro de Investigación para el Desarrollo sostenible, en coordinación con la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo, quienes actualizaron las herramientas que componen el sistema para certificar que la vivienda cumple con los requisitos para autorizar los créditos, lo que incluye “la elaboración de infografías con información específica por cada tecnología”, de acuerdo con el Informa Anual de Actividades 2016 del Infonavit.

Pero enseñar a los usuarios cómo mantener esas instalaciones tampoco ha sido suficiente. Solano García comentó que “la cuestión de paneles solares y otras ecotecnologías similares es muy interesante, pero no pueden ir solas, tiene que haber un sustento mucho más profundo, además de tomar en cuenta el ciclo de vida de los edificios o el proyecto que se esté proponiendo, porque hacer una vivienda sustentable no es solo poner paneles solares o plantas”.

Por ello, el rediseño de Hipoteca Verde se realizó con el apoyo de la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía y la Comisión Nacional del Agua, quienes elaboraron estudios para calcular los ahorros de energía y el valor económico que da emplear otros artefactos en el programa, con lo que lograron “promover la incorporación de electrodomésticos y tecnologías de segunda generación”.

Gracias a esa estructuración, además de otorgar créditos, contemplan “un financiamiento adicional para equipar estas casas con electrodomésticos ahorradores de agua, luz y gas, manteniendo la línea sustentable, amigable con el medio ambiente y minimizando gastos”, destacó el Infonavit en un documento enviado a MILENIO.

Solano García concluyó que lo que falta para promover la vivienda sustentable es “un trabajo de sensibilización en ese sentido, pero vamos mejor; por ejemplo, hace algún tiempo era muy difícil que la gente ahorrara energía y dejaban las luces prendidas, ahora la mayoría ya cambió ese hábito y procura apagarlas. Ese tipo de cambios se van a seguir dando para que las personas entiendan la sustentabilidad y vamos a ir por el camino correcto, pero va a tomar tiempo”.



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