Aunque los saldos en cuenta corriente se ampliaron por la pandemia del covid-19 y se incrementarán más en 2021, no se espera que esta tendencia continúe, conforme disminuya el superávit de China y el déficit de Estados Unidos, estimó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cuenta corriente es un apartado de la balanza de pagos que registra las transacciones de un país con el resto del mundo, el saldo puede ser un superávit o un déficit. El superávit indica que un país vendió más de lo que compró y el déficit que compró más de lo que vendió.
En un documento, el FMI refirió que la reacción mundial a la pandemia amplió aún más los saldos en cuenta corriente mundiales, de 2.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial en 2019 a 3.2 por ciento del PIB en 2020.
El organismo recordó que los déficits y superávits externos no son necesariamente un motivo de preocupación, pero los desequilibrios excesivos, de una magnitud mayor que la justificada por los fundamentos económicos y las sólidas políticas económica, pueden tener efectos desestabilizadores en las economías dado que alimentan tensiones comerciales e incrementan la probabilidad de que los precios de los activos sufran ajustes bruscos.
Indicó que la reducción de los saldos podría demorar si las grandes economías deficitarias, como Estados Unidos, emprenden nuevas expansiones fiscales, o si el ajuste fiscal ocurre más pronto de lo previsto en países con superávits en cuenta corriente, como Alemania.
Además, un recrudecimiento de la pandemia y un endurecimiento de las condiciones financieras mundiales que perturbe el flujo de capital a las economías de mercados emergentes y en desarrollo también podrían incidir en los saldos.
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Saldos en cuenta corriente en 2020
El FMI explicó que en 2020, las drásticas fluctuaciones de los déficits y superávits en cuenta corriente obedecieron a cuatro principales tendencias derivadas de la pandemia; primero, por la disminución de los viajes que repercutió muy negativamente en los saldos en cuenta corriente de los países cuyos ingresos dependen del turismo.
Segundo, por el desplome de la demanda de petróleo y de los precios de la energía, que si bien fue relativamente pasajero, y los precios del petróleo repuntaron en el segundo semestre de 2020, las economías exportadoras de petróleo, registraron fuertes caídas de sus saldos en cuenta corriente en 2020.
Tercero, el auge del comercio de productos médicos que se disparó aproximadamente 30 por ciento, al igual que la de los insumos y materiales necesarios para su fabricación, con las respectivas implicaciones para los importadores y exportadores de estos artículos.
Cuarto, el desplazamiento del consumo de los hogares hacia la compra de bienes duraderos, como los dispositivos electrónicos necesarios para el teletrabajo y el aprendizaje a distancia.
Medidas
En este contexto, el organismo internacional advirtió que los países con déficits en cuenta corriente excesivos deben procurar, si es adecuado, reducir los déficits presupuestarios a mediano plazo e introducir reformas a favor de la competitividad, incluidas políticas en los ámbitos de la educación y la innovación.
En tanto, en las economías con superávits en cuenta corriente excesivos y que aún disponen de espacio fiscal, las políticas deben estimular la recuperación y el crecimiento a mediano plazo, por ejemplo a través de una mayor inversión pública.
En los próximos años, los países tendrán que ir en busca del reequilibrio, y al mismo tiempo cerciorarse de que los cimientos de la recuperación sean sólidos y duraderos.
AMP