El Banco de México (Banxico) consideró que la inversión de Tesla en una planta de autos eléctricos en Nuevo León y la relocalización de empresas, también conocida como nearshoring, impactarán diferentes variables de la economía en México, pero se necesitará tiempo para medir el efecto de la derrama que generarán, principalmente en el norte del país.
En conferencia para presentar el reporte sobre economías regionales, la directora de análisis económicos del Banxico, Alejandrina Salcedo, aseguró que desde el banco central seguirán las variables macroeconómicas que se puedan ver impactadas por este proceso, como construcción, empleo, inversión, producción y exportaciones.
“Con este fenómeno de nearshoring lo que podemos esperar son nuevas inversiones en el país. Esta decisión de Tesla de ubicarse en México tiene que entenderse en un proceso que puede tomar tiempo, en un proceso que va a ser gradual y que entonces, efectivamente, nos va a tomar tiempo entender los detalles”, dijo la economista en jefe del Banxico.
En este sentido, Salcedo aseguró que la relocalización de empresas es un fenómeno que se está dando en México, principalmente en el norte del país y con firmas orientadas al sector exportador en donde podría ser más neutral, pero esto no lo restringe de poder ubicarlos en cualquier otra región del país.
“Esta es una oportunidad para todas las regiones del país, y ojalá que se puedan recuperar las condiciones para tener la inversión y pueda ser favorable para todas las regiones”, dijo.
El reporte sobre Economías Regionales advirtió que, si bien se anticipa que la recuperación de las estas economías continúe, seguirán enfrentando un contexto “complejo e incierto” que impone retos importantes para el crecimiento.
Entre los factores que mantendrán presionadas a las economías destaca el debilitamiento de la economía de Estados Unidos, que podría afectar particularmente a las entidades exportadoras del norte y las regiones centrales, o a aquellas que reciben un flujo importante de remesas o turistas provenientes de ese país.
En este contexto, en el marco del T-MEC se prevé el posible incremento en los flujos de inversión derivados de la relocalización de los procesos productivos a escala mundial. Sin embargo, el banco central aseguró que se requiere de un fortalecimiento del estado de derecho y de la seguridad pública.
“Otorgaría mayor certidumbre a las empresas, facilitaría su operación, disminuiría sus costos y podría impulsar el flujo de inversión no solo de las regiones que tradicionalmente reciben una mayor parte de dichos flujos, como es el caso del norte y las regiones centrales, sino también del sur”.
Así mismo, los problemas de seguridad pública en varias entidades federativas podrían continuar limitando la operación de aquellas actividades más afectadas por la delincuencia. Para enfrentar estos retos, se requiere fomentar condiciones adecuadas para la recuperación de la inversión privada y reforzar aquellos factores que inciden en las fuentes internas de crecimiento.
Durante el periodo de septiembre a diciembre de 2022, Salcedo explicó que, aunque la actividad económica de México continuó creciendo, esta presentó una desaceleración respecto al desempeño observado en los primeros tres trimestres del año. Como consecuencia de esto la actividad económica se debilitó en todas las regiones, excepto en el sur.
“Se prevé que la actividad económica del norte y del centro norte se haya ubicado por arriba de los niveles observados en el primer trimestre de 2020, en tanto que en el sur presentaría uno similar a esa referencia. Por su parte, se anticipa que la actividad del centro continúe exhibiendo una brecha respecto del nivel registrado antes del inicio de la pandemia, si bien dicha brecha seguiría reduciéndose”.
A futuro, el reporte del banco central indicó que existe la posibilidad de que la pandemia de covid-19 y los conflictos geopolíticos continúen afectando las cadenas globales de suministro, y que ello limite la actividad en aquellos sectores y regiones más vulnerables a una menor disponibilidad de insumos.
EVC