Tony Robbins, el empresario que hizo de la motivación una fortuna

¿Qué se necesita para ser feliz?, la respuesta para muchos será relativa, pues la felicidad es diferente para cada persona, sin embargo hay un hombre que tiene la respuesta, su nombre es Tony Robbins, a quien le han hecho miles de veces la misma pregunta, “siempre respondo lo mismo: Progreso, no importa si ya eres exitoso o no, si dejas de crecer empiezas a morir por dentro”, y ese precisamente es el mantra con el que despierta cada mañana.

Autor de libros de desarrollo personal y tal vez el orador motivacional más conocido de todo Estados Unidos, profesión que lo ha llevado no solo a pregonar el camino del éxito, sino también a desarrollarlo, si bien aún no es multimillonario, cuenta con una fortuna que ronda los 500 millones de dólares.

Comenzó promoviendo las sesiones y formaciones de su mentor Jim Rhon, ahora es coach personal, ha escrito libros y realizado videos que abordan el desarrollo personal, profesional, temas de negocios y estrategias motivacionales, sus conferencias tienen un precio que ronda los 3 mil dólares.

Es sabido que a los asistentes a sus conferencias los hace caminar por brasas ardientes, como parte de un ejercicio para “conquistar sus miedos”, aunque esta práctica no ha estado libre de incidentes, nada desalienta a sus seguidores. Uno de sus consejos más famosos indica, “Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás lo que siempre has conseguido”.

Nacido en una familia humilde de origen croata, desde sus primeros años enfrentó una vida complicada, incluso en una entrevista para la televisión declaró que su madre siempre quiso que fuera camionero, porque ganaría 24 mil dólares anuales y eso representaba el doble de lo que su padre percibía. “En ese momento me dije a mí mismo, no quiero ser un conductor de camión, hay algo que importa más…decidí que no iba a perseguir el dinero, pero sí mi pasión”.

Para sobrevivir empezó a trabajar como conserje, hasta que se cruzó en su camino Jim Rhon, empresario y orador motivacional profesional, quien se convirtió en su mentor y le dio su primera gran lección al repetirle la frase: “Es muy sencillo, si quieres que la vida cambie, tú tienes que cambiar, si quieres que la vida sea mejor, tú tienes que ser mejor, es la única forma de hacerlo”

Su éxito le ha permitido entrenar a personalidades como Leonardo Di Caprio, Bill Clinton, Michael Jordan, Mijhaíl Gorvachov, Hugh Jackman y hasta el mismo Donald Trump, entre otros. En 1991 creó la fundación Tony Robbins.