En 2015 el concepto gastronómico “food trucks” invadió las calles de Torreón, atendiendo un nicho de mercado que surgía con el resurgimiento del centro de la ciudad y que llegó a ofrecer hasta 45 vehículos con opciones distintas.
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Los llamados Distrito Colón y Paseo Morelos, resultaron un atractivo para albergar a estos vehículos y atender el paladar callejero de los laguneros. Los años y los involucrados dan cuenta que la mala regulación gubernamental, así como la competencia excesiva, fueron factores determinantes para que esta propuesta de negocio haya pasado de la euforia y el boom al ocaso en el sector gastronómico regional, que si bien ya venía en decadencia, la pandemia también ha hecho de las suyas en contra de estos emprendedores.
Sin rumbo legal
En 2017, Mónica Ramírez quien encabezaba entonces la propuesta Buenísimo Food Truck, que ofrecía comida italiana señalaba, “Yo creo que lo más complicado fue perder el miedo de dirigirte a las autoridades para pedir los permisos y te dejen trabajar”, criticó, dando así antecedentes que desde un inicio hubo cierta resistencia de las autoridades por establecer una buena regulación a este giro de negocios.
Actualmente Buenisimo Food ha dejado de existir y hoy Mónica se dedica a las bienes raíces.
Golpe duro en 2020
Por su parte Carlos Antonio Herrera Güereca, quien estuvo al frente de la Asociación de Food Trucks hoy desaparecida, recordó que en abril de 2020 las ventas en el sector gastronómico de las food trucks, cayó hasta en 90 por ciento, ante la cancelación de eventos en la Comarca Lagunera por la contingencia provocada por el coronavirus.
Sin embargo, aseguró que el ocaso de este giro productivo comenzó incluso antes de la pandemia.
Herrera Güereca fue uno de los socios que ofrecía el servicio de cafetería rodante en su Food Truck denominada Búho: “Emprender no es complicado, pero hay mucha competencia”, reconoció. Búho cerró operaciones meses previos a la pandemia.
"El tema de los permisos municipales y licencias de funcionamiento, obligaron al cierre de estos negocios antes de la pandemia. En principio la Canirac quiso que cerráramos, pero en Torreón no había una figura legal que nos rigiera. Incluso en una ocasión nos fuimos a Zapopan con regidores para que se percataran cómo estaban reguladas allá".
"Aquí hubo cambio de gobierno y terminaron sólo pidiendo licencias de funcionamiento con altos costos que hicieron inviable financieramente el negocio. Nosotros no estábamos en contra de la regulación, nunca se entendió este giro empresarial”, lamentó.
Negocios casuales
Carlos Antonio refiere que su actividad empresarial estaba sustentada por la preparación de mesas de snacks que llevaban a eventos. La food truck de Búho la vendió en Monterrey y ha adaptado su negocio a eventos en la nueva normalidad.
De los que perseveran en calle es La Combi, La Panadería. Conceptos como El Chipotle que decidieron enfocarse y establecerse en un local fijo; Los Taquitos que se dedican únicamente a atender eventos.
Ante la reapertura de las actividades en estadios como el TSM, los hotdogs Desgraciados ha logrado reiniciar operaciones de manera paulatina en la región; en tanto pasaba esto, incursionó ya en otras plazas como Sinaloa, donde actualmente tiene puntos de venta en el estadio de Beisbol Teodoro Mariscal, así como en el estadio de Fútbol Mazatlán El Kraken, y está por abrir en la zona de Olas Altas frente al Malecón, concepto que está al frente de Manuel Ulises Villarreal quien dirigió en la Asociación de Food Trucks de La Laguna.
“La pandemia nos impactó de manera importante. Seguimos en alianza con La Combi. Prácticamente por pandemia nos quedemos con la operación de la “food truck”.
Mudarse de La Laguna
"Se canceló el torneo de futbol; eventos como el Engalec, fiestas, bodas, conciertos masivos, se frenaron y ya los tenemos agendados; la realidad el 2020 sobrevivimos un año con el 5 por ciento de nuestra facturación”.
De tener un ritmo de seis a siete eventos semanales, en el último año se atendieron seis eventos. La fórmula fue detenerse y reagruparse para lograr sobrevivir. Recién acaban de reabrir en el TSM con nuevas experiencias tanto empresarial como para el aficionado.
La experiencia obtenida ya durante la incursión en Mazatlán, les resultó un “tanque de oxígeno”.
La confianza en la marca y la apuesta de los inversionistas, es lo que ha permitido a Desgraciados el lograr sobrevivir en tiempos de crisis.
Mientras decenas de vehículos se encuentran en venta o abandonados por distintos puntos de la ciudad, la readaptación, algunos con vehículos, otros en locales fijos, remolques o contenedores ubicados en la periferia o sitios estacionamientos alejados del centro de la ciudad; es lo que ha permitido a otras propuestas de food trucks reestructurarse buscando sobrevivir en el sector gastronómico de la Comarca Lagunera
RCM