De los jóvenes que presentan una solicitud de ingreso en cualquiera de las escuelas de educación superior en México, solo 51 por ciento logra entrar, según cifras de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).
Un ejemplo fue que, en 2022, de un millón 449 mil 166 personas que buscaron un lugar en universidades estatales o federales, solo 750 mil 769 tuvieron suerte de ingresar; situación que se replica año tras año con los rechazados.
Esto deja un espacio enorme a las instituciones privadas, mismas que aprovechan este “mercado” año con año y suman en cada ciclo escolar a 600 mil alumnos, pues tienen una tasa de aceptación de casi 80 por ciento.
“Existen muchos tipos de universidades particulares. Hay más accesibles y tienen un mayor compromiso. Es un servicio social muy importante para dar educación de calidad (...) a los muchachos que puedan estudiar en donde realmente lo necesiten”, dijo la presidenta de la Alianza Para la Educación Superior (Alpes), María Luisa Flores.
Tomando en cuenta que una carrera completa de cuatro años tiene un costo mínimo de 58 mil 464 pesos, estos 600 mil alumnos dejan a las universidades privadas al menos 35 mil 78 millones en toda su vida estudiantil.
Considerando que pueden tener cuatro generaciones continuas, puede significar que el mercado de educación superior privada en México sea de al menos 141 mil millones de pesos anuales; esto puede ser mucho mayor previendo que hay carreras como medicina que pueden llegar a costar un millón 493 mil pesos por estudiante.
Dario Ruvalcaba, aspirante a la licenciatura de medicina en la Universidad de Guadalajara, cuenta que a pesar de tener un buen promedio de preparatoria, no logró entrar porque son pocos los estudiantes que aceptan “y no tengo recursos para estudiar en privada, por lo tanto tengo tres opciones: estudiar más, buscar una escuela privada que sea barata o cambiar de carrera”.
Sacan provecho
Tras la pandemia, muchos jóvenes decidieron dejar sus estudios ya sea por cuestiones económicas como psicológicas; sin embargo, ahora están buscando regresar y encontraron en instituciones privadas los sistemas no escolarizados que son una oportunidad.
Entre los ciclos escolares 2022 a 2023, la inscripción en universidades particulares creció 4.78 por ciento, por encima del 0.98 por ciento de las públicas; gran parte del crecimiento se debe a los sistemas no escolarizados.
Solo en la modalidad no escolarizada, pues tan sólo en el ciclo correspondiente a 2022-2023 se tiene una matrícula de 737 mil 978 estudiantes de los 679 mil 023 alumnos que estudiaron en el período pasado.
“Ayuda a los jóvenes a tener espacio para organizar su tiempo ( ...) las escuelas privadas invirtieron en estos cambios”, contó María Luisa Flores.
EDD