Entre los lujos que Rafael Olvera, dueño de la extinta sociedad financiera popular (Sofipo) Ficrea, se permitió con el dinero defraudado a miles de personas se encuentra una colección de obras de arte de Francisco Toledo, Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, Salvador Dalí, Leonora Carrington y José Clemente Orozco, entre otros.
Dichas piezas fueron incautadas cuando se ordenó la intervención de la financiera hace más de tres años. Hace unos días, la sindicatura del concurso mercantil de Ficrea dio a conocer los resultados de la valuación de un paquete de 91 piezas de arte, las cuales tienen un valor estimado de venta de 768 mil 600 pesos.
El informe detalló que aún faltan obras de arte por agregar a la masa concursal, las cuales están aseguradas por la Procuraduría General de la República (PGR) y de las que se desprende la solicitud de levantar el aseguramiento para que sean integradas a la brevedad.
La pieza con el valor base de remate más elevado —hasta ahora— en la colección de Rafael Olvera es una del artista colombiano Diego Ramos Ramírez; se trata de un cuadro pintado al oleo sobre tela denominado La ultima luna, valuado en 200 mil pesos.
En tanto, un dibujo de abstracción con carboncillo de David Alfaro Siqueiros está valuado en 70 mil pesos, mientras que una escultura de un desnudo femenino elaborada por Álvaro Fuentes tiene un valor estimado de remate de 40 mil pesos.
Otras piezas destacadas son un cuadro denominado Hombre con delfín, de Siqueiros, y una pintura al óleo sobre fibracel llamado Construcción del vacío, atribuido a Leopoldo Lomelí, ambos valuados en 30 mil pesos, cada uno.
Con precios individuales de 25 mil pesos están: Jinetes, un cuadro de Leonora Carrington, y Urbanismo subjetivo, pintura de Leopoldo Lomelí.
Otros artistas que también figuran en la colección son Pablo O’Higgins, Raúl Anguiano y Luis Arenal.
Los cálculos de precios fueron realizada por Francisco Fuentes Villalón, perito valuador en materia de identificación y autentificación de obras de arte.
Los recursos que se obtengan con la subasta de las obras de arte, así como de las demás propiedades que se le han incautado a Rafael Olvera Amezcua, servirán para resarcir el daño que provocó a más de 4 mil 900 personas, que en conjunto se vieron defraudadas con 2 mil 700 millones de pesos.