Vendedores de flor de cempasúchil y otras de temporada aprovecharon el último día de operación de cementerios en la región Tula-Tepeji para ofertar en las calles flores, para quienes acudieron al panteón antes del cierre ordenado para evitar contagios de covid-19.
Lo anterior pues las autoridades sanitarias ordenaron el cierre de los cementerios ante el rebrote luego del pasado proceso electoral para la renovación de las 84 alcaldías de Hidalgo, y esta medida impactó directamente a los floricultores.
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Angel Ramírez Alvarez y su esposa Rosa García Séptimo, de 57 y 54 años de edad, respectivamente, son originarios de la comunidad Tlalminulpa, en Atitalaquia; desde hace 15 años se dedica a la producción de flores de temporada de muertos.
Medio año antes del Día de muertos comienza su labor, con la siembra de las flores que venden estos días; este año sin embargo, la pandemia causó estragos negativos en su economía, toda vez que las ventas disminuyeron drásticamente ante el anuncio del cierre de panteones en toda la región.
Ellos optaron por ranchear, buscando con ello colocar sus flores en la zona, con la intención de recuperar una parte de la inversión realizada durante el año. Y es que no sólo es el precio de la semilla, sino todo el esfuerzo y labor invertida en la siembra y cuidado de las flores.
La semilla que más les cuesta es la manita de león, pero además de eso, si siembra requiere un proceso muy especial, lento, que les implica un arduo para que crezca adecuadamente.
La situación los obligó a disminuir considerablemente sus precios, a fin de colocar la mayor cantidad de flores posibles en los hogares. Tomaron su camioneta y salieron hacia Atotonilco de Tula para buscar un espacio en donde pudieran vender su flor.
Al llegar al centro del municipio buscaron un espacio, y cuando lo encontraron, empezaron a preparar su flor. Personal de Reglamentos les indicó que estaba prohibido vender, como se hacía años atrás, pero les indicaron que podrían hacerlo si no bajaban su mercancía de la camioneta.
Además de pedirles que procurarán la sana distancia y evitaran aglomeraciones de personas, pero, dicen, es lo que menos sucedió pues muy poca gente se acercó a comprar flores, pues el panteón era el lugar en donde se colocan habitualmente las flores, pues para los altares es poca la cantidad de flor que se usa.
El matrimonio dice que utilizará parte de las flores que les queden para extraer la semilla, y lo demás inevitablemente tendrán que destruirlo para una nueva siembra, pues esperan que el año siguiente sea mejor.