En 1935, en Delicias nació la historia de la viticultura en Chihuahua, una tradición que se instauró por migrantes europeos quienes comenzaron a popularizar la bebida. Con la baja en la producción de uva y la prevalencia de otros productos comenzó a perderse una actividad que paulatinamente resurgió en 2005 y que hoy los productores quieren estimular para hacer de la entidad el paraíso enológico de México.
“Nosotros durante 15 años hicimos vino con los pies y sin vender una sola botella, pero eso nos llevó a tener esa experiencia que se pudo comunicar y difundir a otras personas”, sostuvo Gilberto Pinocely, cofundador de Bodegas Pinesque.
Hoy en la entidad existen 370.3 hectáreas de uva, que la colocan en el cuarto lugar a nivel nacional en plantación para vino y mantiene una tendencia de crecimiento de 25 por ciento hectáreas por año.
Actualmente, la venta de uva a otros estados representa 44.07 por ciento de su producción y se comercializa principalmente a Coahuila y Querétaro.
Con una extensión territorial de más de 240 mil kilómetros cuadrados (12.6 por ciento del territorio nacional), Chihuahua se perfila como el gran rival que deberán enfrentar otros estados productores como Baja California.
“Se habla de que vienen grandes productores y empieza al estado que por extensión territorial, calidad de agua y la vocación agrónoma se presta a que sea un estado productor de uva de vino; aprendimos mucho de Coahuila y Baja California que se parecen mucho a nosotros en clima y forma de ser de la gente”, dijo en entrevista con MILENIO Jorge Luis Ornelas, presidente del Sistema Producto Vid del estado.
De acuerdo con un estudio de 2009 de la Fundación Chile, se estima que 70 por ciento de la extensión de la región es apta para la producción de vino; dicho organismo determinó que cuenta con las cinco zonas para la producción, con base en la metodología desarrollada por Winkler, que es avalada a escala global.
“Lo extremo del clima hace que la planta tenga cierto estrés que no en todos los lugares del mundo se dan. La diferencia entre la noche y el día es tan grande y entre el invierno y el verano son muy marcados y a ese tipo de planta le hace bien”, agregó el directivo.
De acuerdo con cifras del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) hoy el consumo per cápita de vino en el país es de aproximadamente 1.2 litros. Con 14 estados productores hoy en el país se cultivan 37 mil hectáreas que producen casi medio millón de toneladas de todas las variaciones de uva en una industria en la que se generan alrededor de 500 mil mil empleos para los jornaleros. En México se producen 2.5 millones de cajas de producto.
“Estamos entusiasmados del boom del vino mexicano; hemos tratado de juntarnos gobierno, universidad y empresarios para lograr un crecimiento controlado con esfuerzo. No lo podemos hacer solamente los empresarios, necesitamos apoyo y ya nos han empezado a ver como una ventaja en el tema de reconversión de cultivos”, indicó Ornelas.
Según el directivo, hoy con los problemas que existen en algunas entidades fabricantes de vino, Chihuahua está encaminándose a ser el nuevo protagonista del sector vinícola del país; una oportunidad que han visto tanto inversionistas locales como de otras regiones; dentro del plan de trabajo del clúster del vino estatal hay 14 empresarios de la entidad y seis de otros que han visto una oportunidad para transferir sus operaciones a dicho territorio.
“Con los problemas que hay en muchos valles, Chihuahua podría ser en unos 10 años el valle más grande del sector, sobre todo porque hay empresarios de otros estados y esperemos próximamente de otros países que están volteando a ver a Chihuahua como una región importante. Y también pasa un tema interesante, que es que algunos empresarios que tienen cultivos tan fuertes en tema hídrico como el nogal, la manzana y otros que son de impacto, nos marcan para decirnos que quieren cambiar de productos y esa es una parte muy importante del clúster para poder lograr eso”, destacó.
El plan está trazado y los productores han buscado encaminarse hacia la promoción de su propia ruta multisectorial, a la par que otras entidades líderes y que de la mano del ecoturismo contribuirá a una mayor derrama económica.
La conveniencia también la han visto los líderes del sector; Hans Backoff, presidente del CMV, consideró que las hídricas de la localidad tiene ventajas competitivas frente a otros estados. “En el Valle de Guadalupe tienen cerca de 200 milímetros de agua que caen de lluvia al año y aquí tienen 400. Además cuentan con un acuífero sumamente grande del que pudieran estar extrayendo mayor cantidad de agua”, indicó.
Los retos para los productores, afirman, están en fomentar la capacitación, difundir de manera local y nacional a la industria, impulsar las políticas de impulso en el estado, reconversión de cultivos y un enfoque hacia la sustentabilidad. La idea es contar con una ruta de visitas en la que ya se estima la participación de 60 empresas (entre bodegas, turoperadores, entre otros) que trastoquen otras actividades de la región, como la fabricación de queso y que conviertan a los servicios en un atractivo turístico importante que ayude a detonar su crecimiento.
“El gobierno ya tiene muy claro que tiene que apoyarnos, el ecoturismo y una campaña del vino mexicano es algo que tenemos a corto plazo. Aquí tenemos la ventaja de que el impuesto estatal no lo teníamos. Las rutas van a estar listas el próximo año. Estamos haciendo gestión para sacar los permisos en este invierto para que en verano se tenga la ruta”, destacó Ornelas.
En esa transición, los representantes estiman que de alcanzar sus metas de implementación de proyectos la derrama económica turística relacionada con el vino podría pasar de los 7 mil 880 millones de pesos a los 15 mil 720 millones de pesos hacia 2022.