Hoy Volkswagen se dirige al Tribunal Superior de Londres para defenderse contra casi 60 mil propietarios de automóviles que buscan alivio por el fraude de emisiones en lo que los abogados llaman “la demanda colectiva de consumidores en Inglaterra y Gales más grande en la historia”.
Comienza hoy una audiencia de tres días en la que se determinará qué bufete de abogados dirigirá la demanda legal contra VW y establecer un plazo para que se presenten las demandas contra la automotriz.
El caso se refiere a cerca de 1.2 millones de coches con motores diésel en Reino Unido que se fabricaron entre 2008 y 2015 para las marcas de Volkswagen, VW, Seat, Audi y Skoda. Los coches se equiparon con un software que podía detectar cuando se realizaban las pruebas de laboratorio y activarse en modo de bajas emisiones para aprobar la prueba.
En Norteamérica, donde el escándalo quedó expuesto en septiembre de 2015, VW admitió que de forma deliberada equipó coches con motores diésel con un software ilegal. La automotriz alemana llegó a un acuerdo de una multa penal de 2 mil 800 millones de dólares y ofreció comprar medio millón de los coches manipulados, lo que llevó al total de los daños a 25 mil millones de dólares.
Sin embargo, demandar a VW fuera de Estados Unidos resultó ser algo más difícil, ya que la compañía sostiene que el software para detectar las pruebas, aunque presente, técnicamente no violó las leyes de la Unión Europea.
VW argumentó que el software era necesario en Estados Unidos para pasar las pruebas de emisiones, pero que los coches pasarían las de la Unión Europea, que son menos estrictas.
Esa afirmación podría ser difícil de verificar. Aparentemente un tema sencillo —simplemente hacer una prueba de los coches afectados sin activar el software para obtener una lectura “real”— no es posible. Sin el código relevante, comprende miles de páginas, el coche no arranca, sostuvo VW.
Ningún regulador en Europa emitió una fuerte multa contra la automotriz, a pesar de varios intentos por parte de abogados, varias demandas colectivas no lograron tener tracción como ocurrió en Estados Unidos y Canadá.
La acción legal en EU procedió rápidamente debido a que el tribunal le dio prioridad a sacar los coches manipulados de las calles lo antes posible. VW no estaba en posición para ofrecer reparación oportuna o eliminar el software ilegal y hacer que sus coches cumplieran con las leyes de emisiones, así que no tuvo más opción que comprar de nuevo los coches manipulados y ofrecer una compensación a los dueños.
Sin embargo, en Europa pudo ofrecer “medidas técnicas” para los automóviles que, según la autoridad federal de transporte de motor de Alemania, les permiten cumplir con todos los requisitos de la Unión Europea sin perjudicar el rendimiento. Esto hizo que fuera más difíciles para los consumidores reclamar una pérdida.
Este artículo se corrigió para decir que ningún regulador en Europa emitió una multa considerable contra VW en lugar de que ningún regulador en Europa impuso una sanción.