Volvo anunció durante la semana del clima de Nueva York el fin de la producción de todos sus modelos diésel para principios de 2024, por lo que en unos meses el último vehículo de la marca con motor diésel se habrá manufacturado, siendo unos de los primeros fabricantes de autos en abandonar dicha tecnología.
Volvo Cars tiene el objetivo hacia 2030 de vender únicamente automóviles totalmente eléctricos y para 2040 busca ser una empresa climáticamente neutra. Esto se da en un contexto en el que la industria automotriz busca transitar hacia la electrificación total.
"Este hecho se produce tras la decisión de la marca durante el año pasado para abandonar el desarrollo de nuevos motores de combustión. En noviembre de 2022 fue vendida la participación que tenían con Aurobay, por lo que ya no se invertirá presupuesto de investigación en el desarrollo de nuevos motores de combustión interna", indicó en un comunicado.
El consejero delegado de Volvo Cars, Jim Rowan, afirmó que la movilidad eléctrica es el futuro de la compañía y destacó que los autos eléctricos generan menos ruido, vibraciones y costes de mantenimiento para los clientes además de ser cero emisiones en el tubo de escape.
"Estamos totalmente centrados en crear una amplia cartera de coches premium eléctricos, los cuales cumplan con todo lo que nuestros clientes esperan de un Volvo, y que sean una parte clave de nuestra respuesta al cambio climático."
Jim Rowan añadió que es hora de que los líderes políticos y de la industria se muestren firmes así como decididos, adoptando políticas y medidas significativas para luchar contra el cambio climático. "En Volvo nos comprometemos a hacer nuestra parte y animar a todos los demás a hacer la suya".
La marca sabe que el objetivo de electrificación es ambicioso pero se busca inspirar a otras empresas para que sean más audaces a la hora de tomar medidas contra el cambio climático, esto mediante el anuncio sobre los motores diésel y otros encuentros de la semana del clima de Nueva York.
La compañía dijo que la decisión de eliminar por completo los motores diésel a principios de 2024 ilustra la rapidez con que está evolucionando tanto la industria automovilística como la demanda de los clientes ante la crisis climática.
"Hace solo cuatro años, el motor diésel era indispensable; la mayoría de los coches que fueron vendidos en el continente en 2019 llevaban un motor de este tipo, mientras que los modelos eléctricos apenas empezaban a despuntar".
Añadió que la tendencia de energías verdes incrementa en gran medida el endurecimiento de la normativa sobre emisiones y nuestra apuesta por la electrificación.
La mayoría de las ventas en continentes como Europa son ahora de coches eléctricos, con una versión totalmente eléctrica o híbrida enchufable.
"Menos coches diésel en las calles también tiene un efecto positivo en la calidad del aire urbano; aunque los diésel emiten menos CO2 que los motores de gasolina, estos generan más gases como el óxido de nitrógeno (NOx) que tienen un efecto adverso en la calidad del aire, especialmente en las zonas urbanizadas".
PMA