Para brindar conectividad a las comunidades más alejadas del país, las empresas se ayudan de burros para subir sus equipos a lo más alto de las montañas y cerros para instalar torres de telecomunicaciones. Así instala su infraestructura la compañía 3Tech, que forma parte de la Asociación WispMX (Wireless Internet Service Provider, por su sigla en inglés) y que ha llevado internet a las sierras de Veracruz, Hidalgo y Querétaro.
Juan Pablo Meza, apoderado legal de la empresa 3Tech, basada en Zacatecas, detalló a MILENIO que “los grandes corporativos utilizarían helicópteros, pero una torre de telefonía bien equipada de las grandes concesionarias puede costar hasta 10 millones de pesos, por lo que no les conviene recuperar al mes 15 o 20 mil pesos de tiempo aire o planes, no les es redituable”.
“Pero a nosotros, en promedio, una torre de 30 metros nos cuesta 30 o 40 mil pesos, así que podemos llegar a esos lugares con una inversión de 200 mil pesos y el retorno de inversión será de 30 mil pesos mensuales”, agregó Meza.
Como 3Tec hay al menos mil pymes que se dedican a dar conectividad inalámbrica al sector rural, con servicios residenciales y empresariales, de las cuales 146 son miembros de la Asociación WispMX, que empezó en 2014 con 14 miembros. Hoy, además, cuentan con 50 socios proveedores de infraestructura.
La asociación busca visibilidad de las wisp, además de hacer sinergia, fortalecer la industria, estandarizar procesos de instalación y de precios, gracias a los socios proveedores que ya se dieron de alta.
Las wisp proveen de internet por medio de enlaces a distancias. A través de dos antenas, una emisora y otra receptora, obtienen la señal y la bajan con una sectorial, para volver a repartir y hacerla llegar a los módems o routers, explicó José Miguel Macías, presidente del consejo directivo de WispMX.
Toman un servicio de internet de alta velocidad y con poca latencia y mediante una red inalámbrica lo sacan de la ciudad y lo llevan hasta 300 kilómetros mediante una estación a comunidades rurales, incluso a algunas que por su geografía están incomunicadas y no cuentan con servicios como electricidad; en esos casos se ayudan de paneles solares para la instalación de las torres.
La conexión es aérea, así que no hay riesgo de corte de fibra, y tiene una capacidad hasta de 10 GB (gigabytes). “Antes eso era impensable, pero ya no hay límite de velocidad por las microondas”, aseguró Meza, incluso, “ahora hay unas antenas que se llaman fibra óptica inalámbrica por su capacidad de transmisión”.
Cuando un wisp ya tiene una conexión en una torre, ésta se puede tomar como repetidora para llegar a otra comunidad. “Nos desplazamos rápidamente porque estructuralmente somos más ligeros”, dijo Meza. Eso les permite brindar conectividad a un invernadero o una empacadora en medio de la nada o a escuelas, negocios y palacios municipales de zonas rurales gracias a la instalación de antenas sectoriales.
En cambio, mencionó Meza, las grandes compañías de telecomunicaciones operan donde hay mayor densidad poblacional porque es donde está la mayoría de usuarios y donde les es redituable, ya que la inversión de una torre es mínimo de 500 mil pesos hasta 5 millones, pero las torres de las wisp valen desde 20 mil hasta 120 mil pesos.
Impacto social
Con las wisp hay planes de hasta 5 o 10 pesos con los que los usuarios pueden acceder a internet por hasta una hora.
“Las wisp tenemos mucho impacto social”, destacó Macías. Sin embargo, hasta hace un par de años eran invisibles pese a que tienen cobertura en todo el país y 365 mil usuarios.
“Ni el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) nos tenía en el mapa, entonces levantamos la mano para participar en las políticas públicas y para que se adecuen las reglamentaciones para preponderantes y para concesiones de pequeños empresarios”, aseguró Macías, de WispMX.
En agosto de 2019 tuvieron una reunión con el pleno del IFT y a partir de entonces los han considerado y participaron en la consulta pública de diciembre de 2020 para liberar espectro.
La recién anunciada licitación IFT-10 del IFT, que pondrá a disposición las bandas de acceso a internet inalámbrico fijo y móvil en 41 bloques diferentes, priorizará la entrada de pequeños competidores regionales que no tengan la capacidad para participar a escala nacional pero sí regional.
Aunque son raros los acercamientos con el gobierno, en mayo de 2020 tuvieron una reunión con autoridades de las secretarías de Educación Pública y de Comunicaciones y Transportes para tratar temas relacionados con la contingencia por covid-19, ya que su papel en la educación de los niños en zonas alejadas fue fundamental, sobre todo de estados como Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz debido a su mala situación socieoeconómica.
Durante la pandemia todos los asociados de WispMX tuvieron que reforzar sus enlaces con ancho de banda suficiente para garantizar las actividades virtuales como videoconferencias, clases en línea, videollamadas entre familias y también el ocio sobre todo el streaming en plataformas de redes sociales y películas.
“Se incrementó el tráfico de internet como nunca lo habíamos visto, si un cliente traficaba un 30 por ciento de la banda de ancha que tenían instalada, con la pandemia llegó hasta 200 por ciento del consumo normal”, afirmó Meza.
Además, hay otro impacto indirecto que viene de la conectividad. “En la zona de Jalisco, Aguascalientes y Zacatecas hay mucha migración hacia Estados Unidos, entonces estas personas pueden recibir remesas y comunicarse con sus familiares gracias a nosotros”, apuntó Macías. La inclusión financiera ha sido uno de los beneficios de conectar a zonas alejadas.
La conectividad aumenta el PIB, dijo Macías, por eso han buscado mejorar sus prácticas y expandirse gracias a la colaboración con la academia y algunas organizaciones similares internacionales de Argentina, Brasil y Colombia, aunque lamentó que no han tenido mucho acercamiento de los gobiernos.
Lo que se necesita en el corto plazo es la banda de 6 GHz (gigahertz), que ayudará a los wisp ya que las redes disponibles actualmente tienden a saturarse.
“Estamos resolviendo la problemática de la conectividad en la última milla en los lugares más alejados”, señaló Meza.
Macías reflexionó que mientras en las grandes ciudades mexicanas ya se está pensando en 5G, en las zonas rurales apenas está llegando la conectividad a internet.
lvm