La ancestral ruta comercial en canoa desde las playas de Quintana Roo a Cozumel, cobró vida este pasado sábado 25 de mayo, cuando unos 348 canoeros participaron en La Ruta Sagrada Maya, que desde hace 17 años realiza Grupo Xcaret, con un desafío deportivo y cultural para atravesar en estas embarcaciones poco más de 27 kilómetros que hay entre la isla y los destinos de Xelha y Xcaret.
Tras dos años de investigación, a cargo del antropólogo Carlos Serrano, en 2007, el parque Xcaret revivió esta significativa travesía que homenajea la tradición ancestral de los recorridos comerciales y religiosos, sino que ahora representa una forma de recuperación de patrimonio, tanto de identidad cultural y cohesión social.
“La Travesía Sagrada Maya es una recreación de una tradición que desapareció hace unos 500 años porque por ahí del año mil y mil 500 estuvieron muy activos estos canoeros adorando a la diosa Ix Chel, mediante el comercio marítimo, hasta que llegaron los españoles, prohibieron la navegación y se quedaron con el control de los puertos comerciales”, explica el antropólogo Carlos Serrano, coordinador de desarrollo cultural de parque Xcaret.
Usualmente la travesía se realiza la tercera semana de mayo, pero debido a cuestiones climáticas esta edición 2024 se retrasó una semana más.
Este año, los 348 canoeros, de los que 47% fueron mujeres y 53% hombres, partieron a las 6:00 horas del viernes 24 de mayo para rendir tributo a Ixchel en su santuario en Cozumel, donde presentan ofrendas, buscan la sabiduría de la diosa a través de su oráculo, para regresar hacia las 13 horas del sábado 25 de mayo de vuelta a la costa quintanarroense.
Con casi seis meses de preparación, los habitantes de localidades como cancún, Playa del Carmen, Solidaridad e incluso participantes de otros países se inscriben en Xcaret para recibir tanto capacitación como entrenamiento naútico, preparación de atuendos, pláticas de historia, así como de coreografías e iconografías por parte de la división de patrimonio cultural de Xcaret para poder emular a los pueblos itzaes conocidos como los Grandes Brujos del Agua.
“Desde hace años, tanto la investigación como la implementación se llevaron a cabo de la mano de las normas que marca la Unesco para lo que define como Patrimonio tanto material como inmaterial”, explica Serrano.
Patrimonio, el principal activo
Buena parte de la investigación se ha usado para recuperar tanto iconografía, como tipos de vegetación, fauna (algunas en peligro de extinción como el jaguar), asi como aspectos de gastronomía y costumbres, que se han sumado a la oferta y patrimonio del parque, explica Serrano.
De acuerdo con Eduardo Escamilla, director de operación y producción de Arte y cultura del Parque Xcaret “el punto de partida de la travesía era el antiguo puerto P’ole, donde hoy está Xcaret, que quiere decir pequeña caleta”.
“Tenemos muchos activos empezando por las propias canoas (unas 40), un par de pequeños barcos, la música que parte de una partitura alegórica y se ha ido actualizando cada año, algunos equipamientos, y el equipo de vestuario y escenario de la empresa. Si es un gasto importante realizar todos estos esfuerzos”
“Los más de 4 mil 600 canoeros que han participado hasta ahora, pagan una cuota de recuperación de 500 pesos pero el cobro es simbólico para amortizar algunas de las cosas nuevas que tendrá el espectáculo, y a cambio reciben casi 6 meses de preparación, playeras, vestuarios y otras actividades”, señala Escamilla.
La Travesía Sagrada Maya es la manifestación más importante a nivel nacional, y quizá mundial, porque es una práctica que no se conocía y se trae de vuelta al presente al convertirse en una gran ópera itinerante, que tambièn hay otras en China y en Asia, pero no con este elemento de haber sido recuperada”, destaca Escamilla
A la fecha la Travesía Sagrada Maya ha sido vista por más de tres millones de personas, a pesar de que se suspendió dos años por la pandemia, fechas en que se sacó un documental para mantener viva esta recuperación.
Pero ni las cuotas de recuperación, ni las entradas al parque para La Travesía, o la venta de productos asociados a la producción, cubren la inversión que Grupo Xcaret ha hecho en investigación, producción, vestuarios y demás, el retorno se da a través de la recuperación del conocimiento y la generaciòn de comunidades.
“La inversión de este proyecto está etiquetado como parte del presupuesto de actividades culturales, y de conservación que tiene la empresa”, señala Escamilla.
“En términos económicos es complicado, porque mucho de los activos que ya tenemos se han ido generando de a poco, pero tal vez hablamos de unos cinco millones de pesos solo en producción, sin contar vestuario, que quizá sea lo más caro y elaborado, pero que se hacen con el área interna de vestuario del parque, y puede ser incluso más caro”.
“El retorno ha sido sobre todo el traer de vuelta un patrimonio cultural que ahora la gente ha internalizado como un patrimonio propio, ya hay escuelas o personas con el nombre de Ixchel; Hay murales que están replicando incluso fragmentos de nuestros guiones y hay canoeros que ya están practicando con sus propias canoas navegando en Puerto Morelos, Cancún y ahora en Tulum. Lo más importante de este proyecto es el arraigo que está generando”, finalizó Escamilla.