Zacualtipán, el "Lugar de escondites", un bello municipio por descubrir

Su rica gastronomía, arquitectura e historia son elementos fundamentales para atraer al turismo; también cuentan con riqueza natural y escenarios únicos, que solo en Hidalgo se puede disfrutar

Zacualtipán. (Especial)
Elizabeth Hernández
Zacualtipán /

Hidalgo cuenta con sitios extraordinarios para pasarla en familia o pareja en vacaciones o fin de semana, y otra de estas opciones es Zacualtipán, un municipio que atrae de principio a visitantes y turistas por su gastronomía, y su elaboración única de mole de guajolote, tamales de shala y mole con carne de puerco.

Pero también es un buen lugar para consumir una rica barbacoa, así como las enchiladas con queso, tlacoyos, quesadillas de flor de calabaza, quelites de milpa, el berro de agua y flores de palma etc.

Otra de sus especialidades es el plato huasteco, que se realiza a base de cecina con limón o naranja, con enchiladas y frijoles refritos; y como rico postre, no puede faltar sus dulces tradicionales como palanquetas de nuez y cacahuates, alegrías y dulces elaborados de azúcar con leche, melcochas, gondumbios, alfajores, pepitorias, y demás.

Las bebidas no pueden faltar, así que para aquellos que gustan del pulque o tepache, es un buen lugar para degustarlo, pero también para que se den la oportunidad de probar el típico ashool, aguardiente, y su variedad de vinos de fruta, agua de chilaca, atole de calabaza, champurrado o atole de elote.

El municipio de Zacualtipán deriva su nombre de la raíz "Tzacualtipán" que etimológicamente significa "Lugar de escondites" o "Lugar de montículos o pirámides", existiendo varias traducciones que aseguran que su significado es: "Donde se hacen paredes" o "Donde se construye bien".

Este municipio se ubica en la región en la que antiguamente habitaron grupos toltecas y chichimecas, pero fue en la época de la conquista en la que se construyeron templos y edificios que hoy son muestra de su riqueza arquitectónica.

Fue en el siglo XVIII que se tienen registros de su fundación y el 26 de abril de 1861, se le otorgó la categoría de municipio; y el 8 de marzo del año de 1943, se le otorga el título de ciudad a la cabecera municipal.

Entre sus atractivos turísticos están sus monumentos históricos como la Parroquia de Dolores; la Capilla de Jesús Nazareno es de construcción agustina y data de 1572 y la Casa de Piedra, labrada en una roca de gran tamaño por un prófugo de la justicia a principios de siglo XVIII.

También se encuentra el Templo Parroquial Santa María de la Encarnación, su construcción data de 1734. También cuenta con un monumento a Miguel Hidalgo, en el barrio de la Garita; así como el monumento a los Misioneros Culturales ubicado en la calle Felipe Ángeles; el que es dedicado al Maestro, ubicado en la calle Juárez y el monumento al Profr. Alfonso Hernández Morales, que se encuentra en la calle Independencia.

Entre sus fiestas más reconocidas está la del 2 de febrero, de la Candelaria, cuando se acostumbra a bendecir las semillas de maíz y frijol, con la finalidad de que la cosecha sea mayor, por lo que se encienden veladoras una cada mes o cuando existe tempestad.

Su Fiesta de Carnaval que es una tradición más antigua y en la que sus habitantes hombres se disfrazan y recorren bailando todas las calles, visitando a los vecinos, la así también, la música que los acompaña es de huapangueros o bandas de música de vientos.

La Fiesta de San Juan Bautista es también reconocida y es una celebración que fue motivo de alegría y convivencia entre los jóvenes y adultos se congregaban en pozos para lavarse el pelo, esto según creencias es para que les creciera, llevaban antojitos y guitarras para cantar.

No podía falta la celebración de Todos Santos, una tradición de la sierra alta hidalguense que es la más arraigada en el municipio, y la cual se lleva a cabo los días 30 de octubre al 3 de noviembre.

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