La corporación ZTE, un importante fabricante chino de equipos de telecomunicaciones, afirmó hoy que no aceptará la prohibición impuesta por Estados Unidos en su contra, y calificó la decisión de "extremadamente injusta".
En una declaración, la tecnológica china explicó que las medidas no sólo pondrán en peligro su subsistencia sino que "dañarán los intereses de los socios de ZTE, incluyendo un gran número de compañías estadunidenses", por lo que no puede aceptarlas.
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La firma destacó que "no cejará en sus esfuerzos para solucionar los problemas a través de la comunicación y el diálogo, y está decidida a salvaguardar sus legítimos derechos e intereses por todos los medios legalmente permitidos", reportó la agencia china de noticias Xinhua.
La declaración se conoce después de que a comienzos de esta semana el Departamento de Comercio de Estados Unidos impuso una denegación de privilegios de exportación contra ZTE por supuestas violaciones a las Reglas de Administración de Exportación.
La sanción a ZTE se basa en que la compañía no sólo violó la prohibición de exportar a Irán, sino que también hizo declaraciones falsas a los investigadores, por lo que el fabricante chino acordó pagar en 2017 una multa de mil 192 millones de dólares al gobierno estadunidense.
La compañía acordó además aplicar una serie de medidas, entre ellas despedir o sancionar a varios ejecutivos por haber participado en esa prohibición, pero al no haber cumplido lo pactado, este martes finalmente el Departamento estadounidense de Comercio activó una nueva sanción.
La empresa, con sede en Shenzhen, planea tomar todas las medidas permitidas por la ley para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos, y a la vez continuará esforzándose por resolver el problema a través del diálogo.
El Ministerio de Comercio de China manifestó que la decisión tomada por Estados Unidos contra ZTE será un perjuicio para sí mismo. "La acción está dirigida contra China, pero perjudicará finalmente a Estados Unidos", advirtió Gao Feng, portavoz de la cartera.
Protestas
La prohibición sobre las ventas de componentes a la firma china ZTE ha desatado una reacción patriótica en el ciberespacio de China, que aumenta la creciente tensión entre las dos economías más grandes del mundo.
La acción de Estados Unidos se produce en un momento en que los dos países se han amenazado mutuamente con miles de millones de dólares en aranceles en las últimas semanas, avivando las preocupaciones de una guerra comercial total.
La simpatía por ZTE se ha notado en redes sociales chinas, mientras que la mayoría de los periódicos nacionales han destacado los problemas del fabricante de equipos de telecomunicaciones por la fuerte dependencia de China de los semiconductores extranjeros.
MCM