Por: Enrique García-Tejeda
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El incremento en los robos violentos durante el cierre sugiere que los delincuentes reaccionan al cambio en el costo del uso del transporte. El acceso a las estaciones del metro implica utilizar una infraestructura de torniquetes y tarjetas electrónicas, además de transitar en una zona de videovigilancia para acechar a las víctimas. Por el contrario, los autobuses se abordan directamente en la vía pública sin utilizar la estructura del metro, de modo que disminuyen los costos de acceso y de ubicación de posibles víctimas de robo. En esas condiciones, la probabilidad de detección es menor. Además de las condiciones socioeconómicas de las personas y los posibles orígenes de una vida criminal, las políticas públicas tienen que considerar que las personas deciden cometer delitos y responden a incentivos, por lo que aumentar la probabilidad de detección y sanción puede proporcionar resultados efectivos en el corto y mediano plazo, al menos en el robo violento a transeúntes alrededor del transporte público en la Ciudad de México.