Por: Rafael Hernández Estrada
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
Durante los últimos años han ocurrido diversos actos públicos que constituyen violaciones al Estado laico de nuestro país, actos que violan las normas constitucionales y la ley de la materia. Pero en los meses recientes este tipo de eventos se caracterizaron por dos rasgos novedosos: uno de ellos es que, cada vez más, son funcionarios públicos quienes los han protagonizado pese a que, al tomar el cargo, habían protestado “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen”. El otro es que, de un tiempo acá, tales transgresiones se han presentado tan reiteradamente que se puede afirmar que está en marcha un acoso al Estado laico.