Por: Alain de Remes, Miranda Espinola, León Heitler, Víctor Andrade y José Mendoza
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
Es difícil concebir el federalismo sin pensar en los mecanismos que lo hacen funcionar. Dos de ellos son indispensables para que una nación sea considerada como federalista. El primero es que la Constitución garantice un cierto grado de autonomía en las decisiones a las unidades subnacionales (o estados) en diversas esferas de poder o actividades. El segundo, no menos importante, es que la dispersión de poder a nivel vertical se realice mediante elecciones periódicas a nivel subnacional, para que los electores puedan elegir a las autoridades que los representen en el ámbito local. El federalismo fue concebido como un mecanismo adicional al de pesos y contrapesos horizontales en un sistema presidencial y permite que las prioridades nacionales no siempre prevalezcan sobre las agendas de las politeias locales.
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