Antiflorerismo, obsesión problemática

El presidente López Obrador comenzó su presidencia con un gesto dramático: cerrar las obras del aeropuerto.

La actividad presidencial como gesto ornamental aparece en la medida que el teatro político sustituye la eficacia administrativa. (Patricio Betteo)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Claudio Lomnitz

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

Muchas veces nuestros miedos se transforman en destino, y en el caso de López Obrador, el fantasma del florerismo ha comenzado a funcionar como signo trágico, como una de esas profecías que terminan creando las condiciones para ser cumplidas. “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”, eso dice un refrán, y López Obrador inició su presidencia presumiendo su relevancia. Ha querido ser, como Porfirio Díaz, “el Hombre Indispensable”, pero a 14 meses de asumir la presidencia, se asoma ya cierto florerismo.

Lee aquí el artículo completo.