Antropología de las masacres en San Fernando, Tamaulipas

Las últimas dos décadas de investigación académica en materia de violencia y crimen nos han dejado aprendizajes valiosos y derrumbado creencias infundadas.

Hoy sabemos que las policías no están condenadas a reaccionar al delito y la violencia, persiguiendo acciones que no pueden preverse.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Oscar Misael Hernández-Hernández

Ilustración: Carcass, cortesía de Nexos

La crueldad en las masacres, entonces, no sólo intenta causar dolor en los cuerpos, sino también profundizar en el sufrimiento de las víctimas, incluso de sus familiares, y sobre todo, hacerlo público a manera de escarmiento. Con ésta, la muerte trasciende el mero asesinato y abraza el sufrimiento. En parte ello lo entendemos al rememorar que los Zetas heredaron de sus fundadores, exintegrantes del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), una ideología militar sobre la muerte: “Ni la muerte nos detiene, y si la muerte nos sorprende, bienvenida sea”. La muerte se acoge entre grupos criminales, eso es evidente, pero en las masacres va más allá con el propósito de hacer sufrir y causar placer a los victimarios.

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