Por: Diego A. Echánove Cuevas
Ilustración: Oldemar González, cortesía de Nexos
Los bacteriófagos, también llamados fagos, son virus que infectan exclusivamente a bacterias, de ahí el significado de su nombre: comedor de bacterias. Al igual que cualquier otro virus (como el de la rabia, la influenza, la varicela o el covid-19), los fagos están compuestos de un poco de material genético rodeado de una envoltura de proteína. Con estos elementos y un par de trucos adicionales, los fagos logran entrar a las células bacterianas, secuestrar sus recursos para obligarlas a producir muchas copias del virus y, finalmente, salir de ellas, comúnmente matándolas en el proceso. De esta manera cada copia puede iniciar de nuevo el ciclo. La principal diferencia entre los virus contra los cuales nos vacunamos y los bacteriófagos es que estos últimos no infectan células humanas, sino que sólo infectan células bacterianas. Aunque esta distinción los hace sonar poco increíbles, estos organismos simples y poco conocidos son, en muchos sentidos, los más exitosos del planeta.