Barrer a los fideicomisos y llevarse de paso a la ciencia

Gracias a los fideicomisos, el Conacyt operaba por arriba de sus ingresos presupuestales, lo que ha compensado la reducción presupuestal de 13 por ciento.

Para 2020, el Conacyt tiene aprobado un presupuesto de 25 658 mdp.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Leonardo Núñez González

Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos

No todos los fideicomisos son malos por naturaleza y, por el contrario, su uso ha ayudado a la operación de múltiples instituciones que, además de su presupuesto anual, cuentan con una bolsa de recursos adicionales que pueden administrar, utilizar y hasta ampliar. Cada uno de los fideicomisos cuenta con un fin único definido legalmente, lo que ayuda a un uso focalizado de los recursos sobre temas, objetivos o prioridades específicas. Uno de los casos que vale la pena analizar es el del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) —una de las principales instituciones encargadas de la investigación científica y del desarrollo tecnológico del país— que históricamente ha tenido muchos menos recursos de los que debería. De acuerdo con el artículo 9 de la Ley de Ciencia y Tecnología, este sector debería recibir anualmente no menos del 1 % del PIB, es decir, 246 985 mdp según la última estimación del INEGI.

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