Por: Martha Susana Esparza Soria
Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos
La idea de desarrollo progresivo —coinciden historiadores como Jonathan Hodge o Gregory Radick— es la que permitiría la aceptación de la idea de ascendencia común de Darwin, que explica que los primates compartimos un ancestro común y, de forma más amplia, que la vida en la tierra se originó de uno o unos pocos organismos primigenios. Como advirtió Darwin, la noción de progreso tuvo un papel central en la influencia cultural que jugó el pensamiento evolutivo decimonónico, que se aleja del pensamiento darwiniano moderno. En el ámbito social, la idea de evolución fue acogida como sinónimo de progreso y adaptada a discursos más antiguos sobre los procesos de desarrollo en el mundo moral.