Por: Heréndira Téllez
Ilustración: Izak Peón, cortesía de Nexos
Las Cátedras Conacyt no fueron un parche, como se ha dicho. Fueron la búsqueda de una solución al problema de desempleo entre científicos, tecnólogos y humanistas. El programa constituía una fuente de esperanza para muchos y una realidad positiva, aunque mejorable, para quienes estuvimos ahí. Reducirlo, desaparecerlo o descalificar a sus integrantes no beneficia al país, pues si queremos mejorar en todos los aspectos, necesitamos educación pública de alto nivel. Para ello, el Estado tiene que invertir en educación, ciencia y tecnología. Y nunca está demás recordar que la educación es un bien público.
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