Por: Paul Frissard
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Los niveles de violencia por los que atraviesa el país desde hace varios años no pueden analizarse sin tomar en cuenta el fenómeno de la impunidad, que también se ha instalado en niveles inaceptables. Sin un sistema de justicia que garantiza el conocimiento de la verdad, el enjuiciamiento de los responsables y la obtención de reparación por los daños sufridos, el costo de cometer un delito —incluyendo los que conllevan el uso de la violencia— se vuelve irrisorio.