Por: Alejandro Escalante
Ilustración: Izak Peón, cortesía de Nexos
Al igual que los barcos, los gobiernos requieren hacer cambios cuando sus piezas fallan o requieren modificaciones. Para mantener una nación a flote, es necesario tener un gran control sobre el patrimonio y los bienes, así como los barcos necesitan saber qué piezas son nuevas y cuáles necesitan ser cambiadas. En ambos casos, es importante asegurarse que haya los recursos materiales para poder sortear cualquier tormenta o contratiempo. Por ese motivo, todas las personas tenemos derecho a saber sobre la situación patrimonial del gobierno con el objetivo de conocer qué tan bien o mal se está frente a problemas públicos. México cuenta con una inmensa cantidad de bienes, tanto inmuebles (edificios, centros arqueológicos, áreas naturales etc.), como muebles (equipo de cómputo, obras de arte, archivos, maquinaria, etc.) Hay al menos tres formas de conocer esta información en tan solo unos clics: el Sistema de Inventario Patrimonial, la Plataforma Nacional de Transparencia y la Cuenta Pública. Este artículo explora las ventajas y limitaciones de cada una y ofrece algunas reflexiones finales.