Por: Federico Navarrete
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Las epidemias que acompañaron a las expediciones españolas, en 1521 y luego en las décadas de 1540 y 1570, también son consideradas un factor clave en el éxito de la conquista y en el debilitamiento de los mundos indígenas. Aunque nadie niega que las enfermedades fueron resultado del desembarco de otros continentes a Mesoamérica, es común que se consideren una consecuencia “indirecta”, “involuntaria”, “no deseada” de la Conquista. La separación se basa en la diferencia tajante que solíamos establecer entre fenómenos históricos —la Conquista— y naturales —las enfermedades—. Suele señalarse también que los españoles del siglo XVI no conocían el principio de contagio mediante patógenos por lo que no se les puede culpar por ello.
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