Por: Rafael Lozano
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El trabajo por hacer aún es muy grande: la SSA deberá verificar los certificados de defunción para después confrontarlos con los resultados que obtendrá el INEGI cuando consolide todas las fuentes de información que año con año utiliza para poder aplicar sus algoritmos electrónicos que codifican la causa básica de muerte usando los criterios de la CIE 10. A diferencia de otros años, la oportunidad de realizar un trabajo de calidad es única, pero es conveniente considerar la participación en el análisis a la comunidad académica y compartir las bases de datos con el máximo detalle posible, cuidando los asuntos de confidencialidad de las personas que fallecieron. Conocer el sitio de defunción, la atención médica previa al fallecimiento, la derechohabiencia y las causas contribuyentes a la muerte son esenciales en este proceso, y ayudarán mucho en la preparación que el sistema de salud debe tener para enfrentar futuras epidemias.
Lee aquí el artículo completo