Por: Francisco Garfias y Emily A. Sellars
Ilustración: Alma Rosa Pacheco, cortesía de Nexos
Al igual que el viaje de Colón en 1492, la caída de Tenochtitlán se ha convertido en símbolo de la Conquista española en América y de todo lo que ésta conllevó: el abuso y la destrucción de sociedades indígenas, así como las transformaciones políticas y económicas que trajo el régimen colonial. En México, este ambiguo aniversario se ha conmemorado con varios eventos culturales, el cambio de nombre de una avenida central en Ciudad de México, un simbólico viaje inverso de un grupo zapatista a España e incluso una dudosa reinterpretación de la fecha de fundación de Tenochtitlán por razones igualmente simbólicas. Muchos relatos reales e imaginarios sobre la invasión española y la derrota de la Triple Alianza —como la decisión de Cortés de hundir las naves en las que habían venido los españoles de Cuba, la infundada leyenda de que la población local confundió a los invasores europeos con dioses, la misteriosa muerte de Moctezuma, la imagen de Cortés llorando bajo un árbol tras una victoria mexica, la tortura de Cuauhtémoc— juegan un papel importante en las percepciones acerca de la Conquista dentro y fuera de México.