Por: José Alfaro y Marcelo Torres
Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos
Si los deepfakes siguen ganando tracción, en un momento determinado la cantidad información hará imposible que los no expertos identifiquen qué es real y qué no. “Ver para creer” pronto podría convertirse en “ver para no creer”. Eso puede llevar a lo que Ovadya llama "apatía de la realidad": después de una avalancha de información falsa, la gente podría comenzar a rendirse y dejar de prestar atención a las noticias. En una sociedad en la que los hechos se vuelven cada vez más cuestionables o casi imposibles de distinguir de la desinformación, el "vértigo de la realidad" ocasionaría confusión ya que las computadoras pueden generar contenido tan convincente que la gente común puede tener dificultades para descubrir qué es verdad.