Por: Juan Jesús Garza Onofre e Iván de la Garza Santos
Ilustración: David Peón, cortesía de Nexos
Desde el origen del conflicto quedaron en evidencia los propósitos del ahora gobernador con licencia, pues a sabiendas de que estaba solicitando algo ilegal, su objetivo era que el Congreso le enmendara la plana y le rechazara su licencia, para así poder ir desde un primer momento a una arena que no fuese la legislativa. No por nada, en ese ánimo de generar confusión y enmarañar el asunto, sin algún tipo de motivo, García solicitó que el Instituto Nacional Electoral (INE) aclarara los alcances de lo solicitado. Claramente, días después, el INE se dijo incapacitado para intervenir sobre su licencia, por lo que pidió al funcionario revisarlo con el Congreso de Nuevo León. Esta acción que por tantas otras acciones que se han interpuesto y por el tiempo transcurrido parecería que ha quedado en el olvido, en retrospectiva, resulta esclarecedora, ya que devela la intención de ganar tiempo para enredar todo y, en caso de obtener alguna victoria pírrica, seleccionar partes de las resoluciones para vender a la opinión pública verdades a medias que, tarde que temprano, se develan como mentiras completas.