Por: Santiago Levy
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
El reto es construir una prosperidad compartida. A pesar del temor provocado por la profundidad de la recesión, no debemos pensar que pasado el covid-19 lo urgente es crecer y luego redistribuir; ni ante la angustia causada por el deterioro social, pensar que hay que redistribuir ahora y crecer más adelante. Ni siquiera, como durante las últimas dos décadas y hasta la fecha, pensar que el crecimiento se logra impulsando la inversión, por un lado, y la protección social a través de más y más programas, por el otro, al dejar intactas leyes obsoletas e instituciones deficientes. Requerimos instrumentos de redistribución y protección social que interactúen coherentemente con el resto de los instrumentos de política pública para detonar un proceso simultáneo de aumentos de productividad y mejora de la protección social. No uno o lo otro, sino ambos.