Por: Carlos Iván Moreno y Diego Cedillo Morales
Ilustración: Raquel Moreno, cortesía de Nexos
Más allá de las narrativas, las leyes y los mandatos, los presupuestos codifican las verdaderas prioridades de un gobierno. Cuando, en un contexto de crisis pospandémica, las necesidades y los desafíos del sistema educativo nacional reclamaban un presupuesto de “reconstrucción”, lo que tenemos es apenas uno de “sobrevivencia”. Para todo efecto práctico, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2023 era la última oportunidad para que la actual administración mostrara algún interés por hacer frente a los retos que persisten y se agravan en el sistema nacional de educación superior, así como en el sector científico y tecnológico del país. En un momento en el que las universidades públicas, los centros públicos de investigación, la comunidad científica, docente y estudiantil necesitan más apoyo, dado el complejo contexto social y económico nacional, el proyecto de presupuesto 2023 no supone una alternativa a la ruta de desinversión marcada desde hace años. Más allá del discurso, la educación y la ciencia no han demostrado ser una prioridad nacional; al contrario, se acentúa el rezago y el deterioro en este sector estratégico.