Por: Roberto Rodríguez Gómez
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La educación superior se inserta en esta dinámica aunque con particularidades. En primer lugar, las universidades cuentan con mejores infraestructuras para adaptar fórmulas de educación a distancia; los estudiantes no requieren condiciones de acompañamiento semejantes a las de otros niveles y las instituciones tienen mayores márgenes de maniobra para determinar las condiciones para la reanudación de actividades. Ello no significa que, en el caso de la educación superior, los efectos, los riesgos y los retos hayan sido de menor impacto o consecuencias. En materia tecnológica, se hace notar que aunque las instituciones han desarrollado medios adaptables a las condiciones impuestas por la pandemia, la escala en que debían operar sobrepasó las capacidades instaladas y obligaron el uso de plataformas y tecnologías comerciales.