Por: Damián Martínez Tagüeña
Ilustración: Raquel Moreno, cortesía de Nexos
Las vejigas natatorias secas —fish maw, en inglés— prácticamente no se conocen en occidente, pero en el sur de China y zonas cercanas son consumidas desde hace siglos. Muchas especies de peces, pero no todas, tienen este órgano interno. Un cocido de buche trae nostálgicos recuerdos a muchas personas de origen cantonés. No figuran en el Compendio de Materia Médica China, pero son colágeno, y se asocian principalmente a beneficios para la piel. Son caros, con precios mucho mayores a los de la carne, y se sirven con frecuencia en eventos especiales como bodas o banquetes. Dado que el producto no existe en la mayoría de los mercados, es ignorado en el reporte y la regulación comercial. En el sistema armonizado de clasificación arancelaria, por ejemplo, entran junto con las partes de menor valor del pescado: cabezas, colas y vísceras. En México no tenemos una idea precisa de cuántos buches exportamos, ni de qué especies provienen. Pero no por ser relativamente invisible en occidente, el mercado mundial de buches deja de ser enorme. Entre 2015 y 2018, de acuerdo con cifras oficiales, las importaciones de Hong Kong, el principal punto de tránsito, superaron los 1200 millones de dólares.