Por: Miguel Garza
Ilustración: Fabricio Vanden Broeck, cortesía de Nexos
La función de las unidades de Asuntos Internos se activa cuando se recibe una queja contra el personal policial por haber cometido alguna conducta que terminó en una falta, violación a los derechos humanos o incluso un comportamiento que podría constituir un delito. Con frecuencia, dicha figura se encuentra dentro de la estructura de la policía y el titular del área se ubica en la cadena de mando; por debajo de quién dirige la corporación. El problema es evidente: la función disciplinaria se vuelve discrecional ya que el secretario podría influir sobre el responsable del control interno para que este “dirija” sus investigaciones sobre algunas personas y pase de largo respecto a otras.
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