Por: Rafael Lozano
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Al realizar una recopilación de cincuenta años sobre la medición del derecho a los servicios médicos en México a través de los registros administrativos, y de treinta años empleando las encuestas de hogares, además de un recorrido histórico, se describe el cambio en tiempo de dos equivalentes sociales: los que están afiliados, que representan la cobertura del sistema de salud o el buen desempeño de las instituciones, y los que no están afiliados, que constituyen un grupo con carencias, que otros traducen en pobreza por la falta de acceso a los servicios médicos. En este recorrido de cinco décadas se detecta la tensión entre lo que hay y lo que necesita la sociedad mexicana. La estadística derivada de las encuestas o de los registros administrativos muestra dos subconjuntos complementarios que, más allá de medir el desempeño institucional, se transforman en el termómetro de la política de salud en el país.