Por: Ana Esther Ceceña
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Ante la catástrofe ecológica que está viviendo el planeta, la conservación de un área selvática como la de la Península de Yucatán es imprescindible, pues forma parte del complejo biológico tropical del continente. El tránsito de especies en el área alimenta su versatilidad y la capacidad de seguir albergando y generando especies endémicas que amplían la biodiversidad global. Las vías de un tren de la envergadura planeada cortarán el paso y provocarán un recogimiento de especies por los efectos barrera, ruido y vibración, además del daño que causará el diésel quemado que extrañamente, en vez de electricidad, es el combustible elegido para el funcionamiento de un transporte que se pretende modernizador.