Por: Jessica Reyes Sánchez
Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos
Según el Diagnóstico nacional sobre la discriminación personas LGBTI9 en México, realizado por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y Fundación Arcoíris, el espacio educativo donde más discriminación enfrentaron las personas LGBTI fue la secundaria (37 por ciento), seguida de la preparatoria (20 por ciento); en tercera posición se colocó la primaria (14 por ciento), y finalmente la educación superior (10 por ciento). Estos datos pueden darnos algunas pistas para entender las dificultades que atraviesan las personas de la disidencia sexual en las aulas. Es probable, por ejemplo, que en espacios universitarios las formas de discriminación y violencia sean mucho más sutiles y que por esto se invisibilice. También habrá que reflexionar si la violencia sufrida en la secundaria y preparatoria es un factor que favorece la deserción escolar. No se sabe con exactitud el número de estudiantes trans y personas no binarias que se encuentran cursando los distintos niveles educativos en nuestro país. Esto se debe, entre otras cosas, a que algunos estudiantes hacen la transición de género después de terminar sus estudios y algunos no hacen pública su identidad por temor a ser víctimas de violencia. Pese a la falta de cifras en nuestro país, es necesario hablar del derecho a la educación de este sector de la población.