Por: Javier Raphael-Carcer
Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos
El Banco Popular de China asegura que la quiebra de Evergrande es un “riesgo medido”. Esta renuencia a rescatar a la empresa revela la posición del Partido Comunista encabezado por Xi Jinping: hace pensar que la cohesión política generada por el sistema unipartidista chino permite implementar mecanismos de respuesta inmediata ante situaciones que podrían generar inestabilidad en todo el sistema económico. Estos mecanismos funcionan como una suerte de “firewall económico”, a disposición de la autoridad central, que puede aminorar el riesgo sistémico y cortar las vías de transmisión a través de las cuales una crisis podría extenderse desde los mercados financieros hacia otras partes de la economía. Su implementación tiene costos en términos de eficiencia y crecimiento económico, pues las regulaciones sin duda interfieren en la actividad empresarial y su adhesión a ciertas prácticas, como las estrategias de expansión basada en préstamos y la tenencia de bonos de alto riesgo por parte de los promotores inmobiliarios en China durante los últimos años.